PUEBLOS VIZCAYA

Perderse en un pueblo de Vizcaya es descubrir la esencia de Euskadi, entre tradiciones, casas de piedra y vistas infinitas.”

 


PORTUGALETE

"Portugalete y su icónico Puente Colgante, unidos a la historia de la ría.”

PUENTE DE VIZCAYA 

Al llegar al Puente de Vizcaya, sentimos que estábamos ante una obra de ingeniería que desafía el tiempo. Su estructura metálica, suspendida sobre la ría, combina funcionalidad y elegancia de una manera que nos dejó maravillados.

Decidimos cruzarlo, primero caminando y luego observando desde la plataforma que transporta vehículos y personas. La sensación de estar suspendidos sobre el agua, con vistas panorámicas del paisaje industrial y natural de la ría, fue única. Nos impresionó cómo algo construido hace más de un siglo sigue funcionando a la perfección y, al mismo tiempo, es Patrimonio de la Humanidad.


GETXO

"Getxo, elegancia marinera frente al Cantábrico.”

PUERTO DE ALGORTA

Al recorrer Algorta, sentimos que habíamos entrado en un pequeño universo costero lleno de encanto y autenticidad. Sus calles estrechas y empedradas, llenas de casas tradicionales y pequeños comercios, nos hicieron pasear sin prisa, disfrutando de cada detalle.

Nos detuvimos en el puerto viejo, donde los barcos de pescadores y las barcas coloridas crean un ambiente pintoresco y lleno de vida. Nos encantó la sensación de caminar entre historia y mar, mientras escuchábamos el suave vaivén del agua y el murmullo de los vecinos que saludan a los transeúntes.

MIRADOR PUNTA GALEA 

Subir al Mirador Punta Galea fue una experiencia que nos dejó sin aliento, tanto por las vistas como por la sensación de estar al límite del mar Cantábrico. Desde lo alto, contemplamos el océano rompiendo contra los acantilados y sentimos la fuerza y la energía del mar en cada ráfaga de viento.

Nos encantó pasear por los senderos que rodean el mirador, detenernos a observar las olas y respirar el aire puro que solo se encuentra frente al mar abierto. Cada instante nos recordaba la belleza salvaje de la costa vizcaína y lo privilegiados que éramos al poder disfrutar de un lugar tan espectacular.


SOPELANA

“Sopelana y sus playas salvajes, refugio de surfistas.”

PLAYA

Llegar a la Playa de Sopelana fue como descubrir un rincón donde la naturaleza se impone con fuerza y belleza. Desde el primer momento nos cautivó la amplitud de su arena, el rugir de las olas y la energía que se percibe en el ambiente, tanto de surfistas como de familias y paseantes que disfrutaban del día.

La Playa de Sopelana nos recordó que la costa vizcaína no solo es impresionante por sus paisajes, sino también por la vida que se genera en torno al mar. 


BARRIKA

"Barrika, acantilados que abrazan el mar.”

PLAYA


BUTRON 

“Butrón, un castillo de cuento en plena naturaleza.”

CASTILLO

Visitar el Castillo de Butrón fue como adentrarnos en un cuento de hadas. Desde el primer momento nos impresionó su silueta de torres y almenas rodeada de frondosos bosques; parecía un lugar donde la historia y la fantasía se encontraban en cada rincón.

Recorrimos sus alrededores con calma, admirando los detalles de su arquitectura y las enormes torres que se elevan sobre el paisaje. Cada pasillo y cada ventana nos hacía imaginar la vida de los antiguos habitantes y las historias que podrían contarse dentro de esos muros.

Lo que más nos fascinó fue la sensación de misterio y majestuosidad que transmite el castillo. No es solo un edificio histórico, sino un lugar que nos transporta en el tiempo y nos recuerda la riqueza cultural y arquitectónica de Vizcaya. Salimos de Butrón con la sensación de haber vivido una experiencia mágica, entre historia, naturaleza y leyenda.


BAKIO

“Bakio, mar y viñedos junto al Cantábrico.”

Llegar a Bakio fue como descubrir un rincón costero lleno de encanto y tranquilidad. Sus playas amplias y su ambiente relajado nos invitaron a pasear sin prisa, respirando el aire fresco del Cantábrico y disfrutando de la brisa marina.

Nos encantó caminar por su paseo marítimo y contemplar las olas rompiendo en la orilla, mientras los surfistas se desafiaban entre ellas y el paisaje nos ofrecía vistas que nos dejaron sin palabras. Cada calle y cada esquina del pueblo transmiten calma y autenticidad, recordándonos la esencia de la vida en la costa vasca.


GAZTELUGATXE

“Gaztelugatxe, escalinata hacia el mar y la leyenda.”

En cuanto pusimos un pie en la costa vizcaína supimos que uno de los lugares imprescindibles era San Juan de Gaztelugatxe. Habíamos visto cientos de fotos, pero nada nos preparó para la emoción de contemplar con nuestros propios ojos este islote coronado por una ermita, unido a tierra firme por un puente de piedra serpenteante.

El camino de acceso es ya toda una experiencia. Desde el aparcamiento se abre un sendero que nos va regalando vistas espectaculares del mar Cantábrico, bravo y siempre cambiante. A medida que nos acercamos, la silueta del peñón se dibuja con más fuerza, con esa escalera interminable de 241 peldaños que parece un reto en sí mismo.

La subida exige cierto esfuerzo, pero cada tramo nos anima a continuar: el sonido de las olas golpeando contra las rocas, las gaviotas planeando sobre nuestras cabezas y el aire salado en la cara nos recuerdan que estamos en un lugar único.

Cuando por fin llegamos a la cima y tocamos la campana de la ermita de San Juan Bautista —como manda la tradición— sentimos una mezcla de cansancio y satisfacción. Las vistas panorámicas desde allí son sobrecogedoras: acantilados, mar abierto y una sensación de estar en un rincón casi mágico. No es de extrañar que este lugar haya inspirado leyendas y haya sido escenario de series tan conocidas como Juego de Tronos.

Después de un buen rato disfrutando del paisaje, emprendimos el regreso con la sensación de haber vivido una experiencia especial, de esas que se quedan grabadas en la memoria viajera. Gaztelugatxe no es solo un sitio bonito: es un lugar que transmite fuerza, espiritualidad y un contacto directo con la naturaleza vasca más auténtica.


MUNDAKA

“Mundaka, olas y miradores sobre el Cantábrico.”

Un pequeño pueblo que, aunque modesto en tamaño, es enorme en encanto y personalidad. Lo primero que nos llamó la atención fue su río que desemboca en el Cantábrico, formando una ría tranquila y pintoresca, flanqueada por casitas coloridas que parecen sacadas de un cuadro.

No podíamos dejar de subir al mirador de Santa Catalina, desde donde la panorámica de la ría, el puente y el mar abierto nos hizo sacar la cámara más de una vez. 


ELANTXOBE

“Elantxobe, pueblo colgado entre acantilados y mar.”

En nuestra ruta por la costa de Bizkaia, descubrimos Elantxobe, un pequeño pueblo que parece desafiar la gravedad. Situado en el corazón de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, este enclave destaca por su singular disposición arquitectónica: casas que se abrazan a la ladera del monte Ogoño, descendiendo en cascada hasta el puerto pesquero.

Al llegar, nos sorprendió la belleza del puerto, aún en funcionamiento, que da vida al pueblo. Las estrechas y empinadas calles de piedra nos invitaron a perder la noción del tiempo mientras explorábamos sus rincones. Desde el puerto, las vistas del mar Cantábrico y los acantilados circundantes eran simplemente impresionantes.

Una de las particularidades de Elantxobe es su estructura vertical, que le otorga un carácter único.

Si buscas un destino auténtico, donde la naturaleza y la arquitectura se funden en armonía, Elantxobe es una parada obligatoria en tu viaje por la costa vasca.


EA

“Ea, pueblo pintoresco junto al Cantábrico.”

En nuestra ruta por la costa de Bizkaia llegamos a Ea, un pequeño y encantador pueblo pesquero que nos sorprendió por su tranquilidad y su carácter auténtico. Lo primero que nos llamó la atención fue la ría que atraviesa el pueblo, creando un paisaje pintoresco con casitas de colores reflejadas en el agua y un puente que conecta ambas orillas.

Recorrimos sus calles empedradas, llenas de detalles que reflejan la historia marítima de Ea. Cada rincón invita a detenerse y observar, desde las fachadas tradicionales hasta las pequeñas embarcaciones en el puerto. Nos encantó ver cómo la vida del pueblo gira alrededor del mar, entre barcas de pesca y restaurantes donde se respira el aroma del pescado fresco.

También nos acercamos a los miradores que rodean el pueblo: las vistas del litoral, los acantilados y el mar abierto son espectaculares, especialmente cuando la luz del atardecer tiñe de dorado las casas y el agua.

Ea nos dejó con la sensación de haber encontrado un lugar donde el tiempo parece ir más despacio, perfecto para pasear sin prisas, disfrutar del mar y del encanto de un auténtico pueblo vasco.


LEKEITIO

“Lekeitio, playas doradas y puerto con encanto.”

Llegamos a Lekeitio, un pueblo que combina a la perfección historia, arquitectura y un paisaje marítimo espectacular. Lo primero que nos impactó fue su puerto pesquero activo, lleno de barcas de colores que se mecen suavemente con las olas, y la ría que desemboca en el Cantábrico creando un escenario de postal.

Lekeitio nos pareció un lugar lleno de encanto auténtico, donde historia, mar y tradición se mezclan de manera natural. Es uno de esos pueblos que invita a quedarse más tiempo, a perderse por sus calles y a disfrutar de cada detalle.


ONDARROA

“Ondarroa, tradición marinera entre rías y mar.”

Ondarroa, un pueblo que combina a la perfección su tradición pesquera con un casco histórico lleno de encanto. Lo primero que nos llamó la atención fue su puerto activo, con barcas de pesca que parecen bailar con el movimiento de las olas y un muelle donde se respira la esencia marinera del Cantábrico.

Paseamos por las calles del casco antiguo, con casas de fachadas coloridas y balcones de hierro que muestran la vida local en cada detalle. Nos encantó la Iglesia de Santa María, imponente y rodeada de calles empedradas que invitan a perderse. También descubrimos pequeños rincones con plazuelas y cafés, perfectos para descansar y disfrutar del ambiente tranquilo del pueblo.

Ondarroa destaca por su puente de hierro, conocido como el Puente Colgante, que cruza el río Artibai y ofrece unas vistas espectaculares del puerto y del casco urbano. Desde allí pudimos captar la esencia del pueblo: mar, historia y vida cotidiana mezclados en un solo paisaje.


GUERNIKA

“Guernica, historia y memoria en el corazón de Vizcaya.”

Continuando nuestro recorrido por Bizkaia, llegamos a Gernika, un pueblo cargado de historia y significado. Lo primero que nos impresionó fue la Plaza de los Fueros y el Árbol de Gernika, símbolo de las libertades del pueblo vasco y punto central de su identidad. Pasear bajo sus ramas nos hizo conectar con siglos de historia y tradición.

Gernika es conocida mundialmente por el bombardeo de 1937, y el Museo de la Paz y la Casa de Juntas nos permitieron comprender la profundidad de ese momento y cómo ha marcado la memoria colectiva del pueblo. Cada exposición y cada rincón cuentan una historia de resistencia y esperanza.

Gernika combina de manera única cultura, historia y naturaleza, y su entorno nos invitó a pasear con calma por los caminos que rodean el río Oka, disfrutando de un paisaje tranquilo y lleno de significado.

Al salir de Gernika, nos quedamos con la sensación de haber visitado un lugar que va más allá del turismo: un sitio donde la memoria, la cultura y la vida cotidiana se entrelazan de manera profunda y emotiva.