GUIPÚZCOA 🇪🇸

 “Guipúzcoa, donde el mar Cantábrico se une con verdes montañas y pueblos con alma.”

En nuestra visita a Guipúzcoa sentimos que todo está conectado: el mar, las montañas y las tradiciones que dan forma a su identidad. A pesar de ser la provincia más pequeña de Euskadi, guarda una riqueza inmensa en paisajes y cultura.

Nos maravilló cómo en pocos kilómetros pasamos de la brisa marina al aire fresco de la montaña, siempre rodeados de un entorno verde y vivo. La vida aquí se respira en los pueblos, en la gente que mantiene vivas las costumbres y en una gastronomía que convierte cada comida en un momento especial.

Viajar por Guipúzcoa nos hizo descubrir un equilibrio perfecto entre naturaleza y tradición, modernidad y raíces, que nos acompañó en cada paso y nos dejó con ganas de seguir explorando. ¿Te apetece conocerla un poco más?

SAN SEBASTIÁN 

En cuanto llegamos a San Sebastián sentimos que es de esas ciudades que te atrapan sin esfuerzo. Tiene ese aire elegante, pero a la vez cercano, que hace que uno se sienta a gusto desde el primer paseo.

Nos encantó la forma en que combina la vida tranquila junto al mar con el ambiente animado de sus calles. Hay rincones que invitan a parar y disfrutar, y otros que te llenan de energía con solo caminar entre la gente.

Y claro, comer aquí es otro nivel. Da igual si te sientas en un sitio de toda la vida o pruebas algo más moderno, la sensación siempre es la misma: disfrutar de la comida como parte esencial de la ciudad.

San Sebastián nos dejó con ganas de más, porque es de esos lugares que se disfrutan sin prisas y que, cuanto más tiempo pasas, más te hacen sentir como en casa.

Vamos a disfrutarla!! 😜


MONTE IGUELDO 

Lo primero que hicimos al llegar, fue subir  al Monte Igueldo fue toda una experiencia. Desde arriba, las vistas de la ciudad y del mar nos dejaron literalmente sin palabras: todo se ve pequeñito, pero a la vez lleno de vida.

Nos encantó pasear por sus miradores y sentir la brisa marina mientras contemplábamos el paisaje. Hay un encanto especial en este lugar, mezcla de naturaleza, historia y un toque nostálgico que hace que quieras quedarte un buen rato solo mirando alrededor.

PARQUE DE ATRACCIONES 

Desde fuera, el parque de atracciones del Monte Igueldo nos llamó mucho la atención. Su aire clásico y nostálgico, con atracciones que parecen sacadas de otra época, ya transmite diversión antes de siquiera cruzar la entrada.

Disfrutamos paseando por los alrededores y contemplando las vistas del mar y de la ciudad mientras observábamos las atracciones desde la distancia. Aunque no entramos, fue fácil imaginar las risas, los gritos de emoción y la alegría que se respira dentro del parque.

Nos gustó descubrir que, incluso sin montar en ninguna atracción, el lugar tiene un encanto especial y se disfruta simplemente paseando, tomando fotos y dejándose llevar por la atmósfera familiar y pintoresca que lo rodea.


PASEO MARÍTIMO

PEINE DEL VIENTO

Visitar el Peine del Viento nos dejó maravillados. Desde la pasarela que se adentra hacia el mar, el sonido de las olas golpeando las rocas y la fuerza del viento crean una sensación única, casi hipnótica.

Las esculturas incrustadas en las rocas parecen dialogar con el paisaje: arte y naturaleza se encuentran de una forma sorprendente. Nos encantó pasear por allí, dejar que la brisa nos golpeara la cara y disfrutar de cada rincón sin prisa.

Es uno de esos lugares que se viven con todos los sentidos: la vista, el oído y hasta el tacto, sintiendo la fuerza del mar, hacen que la experiencia sea inolvidable, aunque solo estés contemplando y respirando la inmensidad del entorno.

PALACIO MIRAMAR

No entramos al interior, pero pasear por los jardines y disfrutar de las vistas al mar ya fue toda una experiencia.

El Palacio Miramar fue mandado construir a finales del siglo XIX por la reina María Cristina de Habsburgo como residencia de verano de la familia real española. El edificio, de estilo inglés, se levantó entre 1889 y 1893, rodeado de jardines con unas vistas privilegiadas al mar.

Durante años fue un punto de encuentro de la alta sociedad y escenario de la vida cortesana en San Sebastián. Más tarde pasó a manos del Ayuntamiento y hoy en día se utiliza para actos culturales y educativos, además de ser un lugar muy visitado por sus jardines y panorámicas.

PLAYA DE LA CONCHA 

La Playa de La Concha fue uno de esos lugares que nos impresionaron nada más verla. Su forma de bahía, con la arena fina y el mar tranquilo, tiene algo especial que invita a quedarse.

Nos encantó caminar por el paseo, disfrutar del aire marino y ver cómo la vida fluye alrededor: gente paseando, familias disfrutando de la playa y el ambiente relajado que lo llena todo. Aunque no nos bañamos, solo estar allí ya fue suficiente para entender por qué es una de las playas más famosas de España.

La Concha nos transmitió calma y belleza a partes iguales, un rincón que se disfruta tanto en un paseo tranquilo como simplemente sentados mirando el horizonte.

AYUNTAMIENTO

El Ayuntamiento nos sorprendió desde el primer momento por su elegancia y su ubicación privilegiada junto al mar. Pasear por delante y verlo de cerca fue como asomarnos a un pedazo de historia de la ciudad.

Nos llamó la atención que, antes de ser sede municipal, este edificio fue un lujoso casino a finales del siglo XIX, lo que explica su aspecto señorial y el aire distinguido que todavía conserva. Hoy en día, además de su función institucional, sigue siendo uno de esos lugares que merece la pena admirar desde fuera, ya sea de día o iluminado por la noche.

Para nosotros, es uno de esos rincones que reflejan el carácter de San Sebastián: elegante, vivo y con mucha historia detrás.


PLAZA GUIPÚZCOA

La Plaza de Guipúzcoa es uno de los espacios más emblemáticos de San Sebastián. Fue diseñada en el siglo XIX, cuando la ciudad empezó a expandirse más allá de sus antiguas murallas, y desde entonces ha sido un punto de encuentro para locales y visitantes.

El jardín central, de estilo romántico, fue creado en 1875 por el jardinero francés Pierre Ducasse, con estanques, caminos sombreados y una cuidada vegetación. Con el tiempo se convirtió en un pequeño pulmón verde en pleno corazón de la ciudad.

Además de su encanto natural, la plaza está rodeada de edificios señoriales, entre ellos la sede de la Diputación Foral de Guipúzcoa, lo que refuerza su importancia histórica y simbólica dentro de la vida donostiarra.


MONUMENTO AL TAMBORRERO

Paseando por la ciudad nos encontramos con el Monumento al Tamborrero, una escultura que rinde homenaje a una de las celebraciones más queridas de San Sebastián: la Tamborrada.

Nos gustó descubrir cómo el arte también sirve para mantener viva la tradición. La figura, con su tambor, nos hizo imaginar el ambiente festivo del 20 de enero, cuando las calles se llenan de uniformes, música y alegría.

Aunque nuestra visita no coincidió con la fiesta, el monumento nos permitió acercarnos un poco a esa parte tan importante de la identidad donostiarra. Es un recordatorio de que la ciudad no solo se vive en sus paisajes, sino también en sus costumbres.


IGLESIA DE SAN VICENTE

Al acercarnos a la Iglesia de San Vicente sentimos que entrábamos en un lugar con mucha historia. Es uno de los templos más antiguos de San Sebastián y su estilo gótico impresiona nada más verla, con esas paredes de piedra que transmiten fuerza y sobriedad.


PLAZA DE LA CONSTITUCION

Cuando llegamos a la Plaza de la Constitución sentimos que estábamos en uno de esos lugares que concentran la vida de la ciudad. Rodeada de edificios con balcones de colores y números pintados en cada uno de ellos, la plaza tiene un aire especial que mezcla historia y ambiente local.

Nos sorprendió descubrir que esos números correspondían a los palcos de cuando la plaza se utilizaba como plaza de toros. Hoy en día, en lugar de corridas, lo que se celebra aquí son fiestas, actos culturales y, sobre todo, la famosa izada de bandera durante la Tamborrada.

Pasear por la plaza fue muy agradable: terrazas llenas de gente, un ambiente animado pero acogedor, y la sensación de estar en el auténtico centro social de San Sebastián. Para nosotros, fue un lugar perfecto para descansar un rato, tomar algo y sentir de cerca el pulso de la ciudad.


BASILICA DE NUESTRA SRA DEL CORO

Al llegar a la basílica nos quedamos mirando su fachada barroca; tiene tantos detalles que es imposible no fijarse en ellos. Aunque no entramos, pasear por la plaza frente a la iglesia ya nos hizo sentir la historia y el ambiente del casco antiguo.

Nos encantó cómo combina arte, tradición y vida diaria: es de esos lugares que te llaman la atención sin necesidad de entrar, y donde solo estar unos minutos ya te hace apreciar la esencia de la ciudad.

Si os giráis veréis la catedral al fondo, una frente a otra.


CATEDRAL DEL BUEN PASTOR

Al acercarnos a la Catedral del Buen Pastor nos impresionó su tamaño y la elegancia de su estilo neogótico. Sus torres y su fachada llaman la atención nada más llegar, y pasear por los alrededores nos permitió apreciar su presencia en pleno centro de la ciudad.

Aunque no entramos al interior, el entorno de la catedral transmite solemnidad y calma, y nos hizo imaginar cómo será la luz filtrándose por sus grandes vidrieras y la sensación de estar dentro de un espacio lleno de historia.

Para nosotros, la Catedral del Buen Pastor es uno de esos edificios que definen el carácter de San Sebastián: imponente, elegante y con mucha personalidad.


MONTE URGULL

Presidiendo la ciudad, con vistas a sus dos playas, se encuentra el monte Urgull. Aunque nosotros no subimos hay una caminata interesante. Será en otra ocasión. 


PUENTE DE MARIA CRISTINA 

Al recorrer la ciudad, nos llamó la atención cómo los tres puentes que cruzan el río Urumea conectan distintos barrios y le dan un carácter muy especial a San Sebastián. Cada uno tiene su estilo y su historia, pero el que más nos impresionó fue el Puente de Santa Cristina.

Su elegante estructura de hierro y piedra, construida a principios del siglo XX, nos sorprendió desde el primer momento. Pasear por él nos permitió disfrutar de unas vistas fantásticas del río y de los edificios que lo flanquean, y sentir cómo este puente ha sido testigo de la vida de la ciudad durante más de un siglo.

Aunque también admiramos los otros puentes, el de Santa Cristina nos pareció el más icónico, no solo por su arquitectura, sino también por la sensación de historia y tradición que transmite. Para nosotros, cruzarlo o simplemente contemplarlo desde la orilla fue una experiencia que combina paisaje, arte y un poquito de nostalgia.


TEATRO VICTORIA EUGENIA

Nuestra última visita al Teatro Victoria Eugenia nos dejó una sensación muy especial. Desde fuera, su fachada elegante y señorial nos llamó la atención, y pasear por los alrededores nos permitió imaginar la historia y los grandes eventos que han tenido lugar allí.

El Victoria Eugenia sigue siendo un símbolo del carácter cultural de San Sebastián y un imprescindible si quieres entender un poco más la esencia de la ciudad.


ESTADIO ANOETA

Pasar por el Estadio Anoeta nos hizo sentir la pasión que despierta el fútbol en San Sebastián. Aunque no asistimos a ningún partido, caminar por los alrededores y ver la magnitud del estadio nos permitió imaginar la emoción de los días de juego, los cánticos y la energía de la afición. Si podemos intentamos conocer los campos más nombrados en el mundo del fútbol. 

Nuestra visita a San Sebastián fue una experiencia que disfrutamos con todos los sentidos. Paseamos por sus calles, plazas y paseos frente al mar, admirando la combinación de historia, arquitectura y naturaleza que hace única a la ciudad. Cada rincón tenía su encanto, desde los pequeños barrios hasta los grandes edificios y monumentos que marcan su identidad.

Y, por supuesto, la gastronomía fue una parte fundamental de nuestra experiencia. Probamos pintxos, platos tradicionales y productos locales que nos dejaron con ganas de repetir en cada comida. Comer en San Sebastián no es solo saciar el hambre, sino también disfrutar del ambiente, de los sabores y de la cultura que se vive en cada bocado.

En definitiva, nos llevamos recuerdos de vistas increíbles, rincones con historia y, sobre todo, la sensación de haber vivido la ciudad de manera auténtica y relajada. San Sebastián nos conquistó, y sin duda nos dejó con ganas de volver. 

Pero Guipúzcoa es mucho mucho más si quieres conocer sus pueblos y su gastronomía dale al botón. 😜