RUTA POR EL PIRINEO OSQUENSE
DIA 1
VALLE DE BENASQUE
“Benasque nos conecta con la esencia de los Pirineos”
Estar en el Valle de Benasque fue como entrar en una postal viva. Veníamos con ganas de desconectar, de respirar aire puro y de caminar sin mirar el reloj… y lo encontramos todo. Desde el primer momento, sentimos que habíamos llegado a un rincón especial del Pirineo aragonés.
Lo primero que nos impactó fue el paisaje. Imposible no quedarse en silencio al ver esas montañas enormes recortándose contra el cielo. El Aneto, majestuoso, parecía vigilar el valle desde las alturas. Y el sonido del agua corriendo por los ríos y barrancos acompañaba cada paso, como una melodía natural.
BENASQUE
Esperábamos algo bonito, pero no tanto. Calles de piedra, casonas con encanto, tiendecitas con productos locales y una tranquilidad que te abraza.
El Valle de Benasque nos regaló silencio, grandeza y calma. Nos hizo mirar al cielo, a las montañas y también hacia dentro.
Nos gustó que no hace falta hacer grandes planes allí: simplemente estar, mirar, respirar… y dejarte llevar.
Sin duda, es uno de esos lugares a los que sabes que volverás. No solo por lo bonito que es, sino por cómo te hace sentir.
MIRADOR DEL VALLE DE BENASQUE
El Mirador del Valle de Benasque es una parada imprescindible para disfrutar de una de las vistas más espectaculares del Pirineo aragonés. Situado en la carretera A-2617 que une Benasque con Cerler, aproximadamente en el kilómetro 3, este mirador ofrece una panorámica impresionante del valle.
Este mirador es fácilmente accesible en coche y se encuentra en una amplia curva a la izquierda al subir hacia Cerler desde Benasque. Es especialmente recomendable visitarlo al amanecer o al atardecer, cuando la luz realza la belleza del paisaje.
CERLER
Subimos a la estación de Cerler, para coger un telesilla, que nos trasnsportara, lo más cerca del pico del Aneto. Y como fuimos en primavera, las vistas eran panorámicas.
ANCILES
En Anciles no hay tiendas ni ruidos. Solo casas antiguas, silencio y el sonido de los pájaros.
El pueblo está lleno de antiguas casas nobles, con escudos en las fachadas, balcones de madera y tejados de pizarra. Nos encantó perdernos entre sus calles de piedra y observar cada detalle.
Desde Anciles se ve el verde de los prados mezclado con las montañas al fondo. En primavera, todo está lleno de flores silvestres.
Es un lugar que ha conservado su esencia. No hay turismo masivo, y eso lo hace aún más especial.
Angiles para nosotros fue EL PUEBLO.
EMBALSE DE LINSOLES
El entorno del embalse es sereno, con aguas tranquilas que reflejan las montañas circundantes.
El embalse es ideal para paseos, picnics y observación de aves. Además, cuenta con un embarcadero que ofrece la posibilidad de realizar paseos en piragua, canoa y kayak .
DIA 2
VALLE DE PINETA
EMBALSE DE PINETA
"Entre picos y cascadas, descubrimos la magia de Pineta"
Situado a una altitud de 1.141 metros sobre el nivel del mar, este embalse se encuentra en un entorno natural de gran belleza, rodeado por las imponentes montañas del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
El entorno es una maravilla. Y si eres amante de los sitios que transmiten paz, este es el entorno perfecto.
VALLE DE AÑISCLO
“Entre cañones y ríos, descubrimos la fuerza del Pirineo”
Visitar el Valle de Añisclo fue como adentrarnos en un mundo perdido entre montañas. Lo teníamos apuntado como una parada especial dentro de nuestro recorrido por el Pirineo aragonés, pero no imaginábamos que nos impactaría tanto. Desde el primer momento, el cañón nos envolvió con su belleza salvaje, sus paredes verticales y el murmullo constante del río Bellós.
una carretera estrecha y serpenteante que ya nos adelantaba la majestuosidad del paisaje. A medida que avanzábamos, nos sentimos cada vez más pequeños entre esas montañas tan imponentes.
El Valle de Añisclo fue uno de los momentos más intensos de nuestro viaje. Fue naturaleza pura, belleza abrupta y desconexión total. Nos fuimos con la sensación de haber vivido algo especial, de esos lugares que se te quedan grabados para siempre.
Recomendamos conducir con mucho cuidado. Ya que hay tramos donde apenas pasa un coche. 🚗
AINSA
“Aínsa, un pueblo medieval que nos transporta al pasado”
Es uno de los pueblos más bonitos de España y una parada imprescindible para quienes buscan historia, naturaleza y encanto rural. Su casco antiguo medieval, perfectamente conservado, nos transporta a otra época entre calles empedradas, murallas centenarias y vistas espectaculares al Pirineo.
Declarado conjunto histórico-artístico, Aínsa combina patrimonio cultural con la cercanía del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, lo que lo convierte en un punto ideal para viajeros que buscan tanto cultura como aventura.
Explorar las calles adoquinadas de Aínsa es como caminar por un museo al aire libre. La Plaza Mayor, con sus soportales de piedra y vistas a las montañas, es uno de los rincones más emblemáticos. No te pierdas la Iglesia de Santa María ni las antiguas murallas.
La fortaleza medieval domina el pueblo y ofrece vistas panorámicas increíbles. Además, el recinto acoge eventos culturales y ferias durante el año, como la Morisma (representación histórica que se celebra cada dos años).
JANOVAS
“Calles y ruinas que nos hablan de un pasado intenso”
es un pueblo que encarna la resistencia y la memoria histórica. Desalojado en los años 60 para la construcción de un embalse que nunca se materializó, sus habitantes fueron forzados a abandonar sus hogares. Décadas después, Jánovas está resurgiendo gracias al esfuerzo de antiguos vecinos y sus descendientes, convirtiéndose en un símbolo de la lucha contra el olvido.
Caminar por Jánovas es adentrarse en una historia de despojo y esperanza. Las casas en ruinas conviven con otras en proceso de rehabilitación, reflejando el esfuerzo de quienes buscan devolverle la vida al pueblo. La vegetación que cubre algunas estructuras añade un aire melancólico y poético al entorno. Cuando pasear por estos pueblos te da un poco de respeto.
Este puente, construido en 1881, es uno de los pocos en España que conserva íntegros sus elementos estructurales originales del siglo XIX.
Visitar Jánovas es una experiencia que va más allá del turismo convencional. Es un viaje al pasado reciente de España, una oportunidad para reflexionar sobre las consecuencias de decisiones políticas y económicas en las comunidades rurales, y un homenaje a la resiliencia de quienes luchan por recuperar su hogar.
DIA 3
VALLE DE ORDESA
“Entre cascadas y senderos, descubrimos la magia de Ordesa”
Nuestra ruta por el Pirineo Aragonés no estaría completa sin adentrarnos en uno de sus mayores tesoros naturales: el Valle de Ordesa, en el corazón del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Este lugar no solo nos regaló paisajes de postal, sino también una experiencia que nos conectó profundamente con la montaña, el silencio y la vida silvestre.
La Pradera de Ordesa, punto de partida clásico para quienes se aventuran por el valle. La ruta más conocida y transitada —pero no por eso menos espectacular— es la que lleva hasta la Cola de Caballo, una impresionante cascada al pie del macizo de Monte Perdido.Su subida está alrededor de las 5 o 6 horas de camino ida y vuelta, unos 17km. Pero sin duda vale la pena, por el premio final. Mientras diferentes cataratas van surgiendo en el camino.
TORLA
Torla-Ordesa es un pintoresco pueblo del Pirineo aragonés y la principal puerta de entrada al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. es uno de los enclaves más bellos y emblemáticos de Aragón.
Torla conserva una arquitectura tradicional de piedra con tejados de pizarra, calles empedradas y casas señoriales con escudos en sus fachadas. Su casco antiguo tiene un aire auténtico y cuidado que te transporta a otra época.
Desde el pueblo se tienen unas vistas imponentes del macizo de Monte Perdido, los picos del Mondarruego y el valle del río Ara. El paisaje es digno de postal en cualquier época del año.
Torla es el punto de acceso al Valle de Ordesa, especialmente en verano y puentes, cuando el acceso en coche está restringido y se debe tomar un autobús lanzadera desde su aparcamiento.
BROTO / CASCADA DEL SORROSAL
A pocos minutos del centro del pueblo, la Cascada de Sorrosal es un impresionante salto de agua de más de 50 metros. Junto a ella se encuentra una vía ferrata de dificultad media, ideal para los amantes de la aventura .
DIA 4
VALLE DE TENA
“Tena nos conecta con la esencia de los Pirineos”
El Valle de Tena es uno de los valles más impresionantes y accesibles del Pirineo oscense.
Se extiende a lo largo del río Gállego y es conocido por su belleza natural, sus pueblos con encanto y una gran oferta de actividades para todos los gustos.
FORMIGAL
Formigal es una de las estaciones de esquí más importantes y conocidas de España. Subimos a ella simplemente como curiosidad, pero está perfectamente equipada para el deporte del sky.
SALLENT DEL GALLEGO
Nos encantó Sallent de Gállego desde el primer momento. Su encanto tradicional y su ambiente acogedor nos hicieron sentir como en casa. Pasear por sus calles empedradas, admirar las casas de piedra con balcones llenos de flores y descubrir la iglesia de San Juan Bautista fue una experiencia muy auténtica.
Cuenta la tradición que, hace muchos siglos, en las montañas que rodean Sallent de Gállego vivía un gigante llamado Foratón. Este gigante, conocido por su enorme tamaño y fuerza, protegía el valle de cualquier peligro que pudiera amenazar a sus habitantes.
Se dice que Foratón tenía una gran amistad con los vecinos del pueblo y que, cuando las tormentas o las avalanchas ponían en riesgo los campos y las casas, él intervenía para desviar los ríos o detener la nieve con sus manos enormes. Gracias a su ayuda, los habitantes de Sallent pudieron vivir en paz y prosperidad.
Pero, como en toda buena leyenda, el gigante también tenía su lado vulnerable. Se cuenta que un día, tras una fuerte tormenta, Foratón desapareció misteriosamente entre las montañas y desde entonces se le escucha en las noches de viento, cuando el eco parece traer su voz o el rumor de sus pasos entre las rocas.
LANUZA
Seguimos bajando el valle, y nos encontramos con pequeño pueblo, encajado entre montañas y a orillas del embalse que lleva su nombre, nos recibió con una calma absoluta y unas vistas que parecen sacadas de un cuento.
Paseamos por sus calles empedradas, rodeados de casas de piedra perfectamente conservadas y decoradas con flores, todo con un aire auténtico, sin artificios. El entorno natural es impresionante: el azul intenso del embalse de Lanuza refleja los picos del Pirineo como si fuera un espejo, creando un paisaje de postal en cada rincón.
Nos atrevemos a decir que es de los más bonitos no solo del Valle, sino del pirineo ostense. 😍
BALNEARIO DE PANTICOSA
Subimos hasta el Balneario de Panticosa, situado a unos 8 km del pueblo, en pleno circo glaciar. Rodeado de picos de más de 3.000 metros, este rincón es famoso desde hace siglos por sus aguas termales. Aunque no entramos al spa, el paseo por la zona fue impresionante: lagos, cascadas y un paisaje que parecía sacado de otro mundo.Una visita imprescindible.
PARQUE FAUNÍSTICO LACUNIACHA
La tarde la pasamos en este parque.. Se trata de un circuito por el que vas viendo a los animales en semilibertad, en un entorno que recrea su hábitat natural. Ahora prepárate para subir montaña con un muy buen calzado, es un recorrido de 2 a 3 horas.
Durante el recorrido, disfrutamos de impresionantes vistas del valle y de la sierra de La Partacua, con la imponente Peña Telera como telón de fondo .
Lacuniacha dispone de zonas de descanso y un quiosco-bar donde se pueden adquirir bocadillos, bebidas y helados, ideales para reponer fuerzas durante la visita. También hay una área de picnic para quienes prefieran llevar su propia comida .
TIROLINA VALLE TENA
Acabamos el día quemando adrenalina
DIA 5
VALLE DEL ARAGÓN
“Entre el Valle del Aragón y Canfranc, caminamos por paisajes de montaña y rincones llenos de historia.”
El Valle del Aragón es una joya natural y cultural situada en el Pirineo aragonés, dentro de la comarca de la Jacetania, en la provincia de Huesca. Este valle, atravesado por el río Aragón, se extiende desde la frontera con Francia hasta la ciudad de Jaca,
CANFRANC
Subimos hasta llegar prácticamente la frontera francesa. Y allí estaba ella, magestuosa, como si el tiempo la hubiera parado. Estaban realizando lo que hoy es un hotel de lujo.
La Estación Internacional de Canfranc es un emblemático edificio ferroviario situado en el Pirineo aragonés, cerca de la frontera con Francia. Inaugurada en 1928, su arquitectura monumental y su historia, marcada por episodios como su papel estratégico durante la Segunda Guerra Mundial, la convierten en un destino turístico fascinante. Actualmente, la estación ha sido rehabilitada y alberga un hotel de lujo, manteniendo su esplendor original.
TORRE DE LOS FUSILEROS
La Torreta de los Fusileros, también conocida como Castillo de los Arañones, es una histórica fortificación situada en Canfranc-Estación, en el Pirineo aragonés. Construida en 1876, su objetivo era proteger la recién inaugurada carretera que conectaba Zaragoza con Francia a través del puerto de Somport. Forma parte del sistema defensivo del Fuerte de Coll de Ladrones .
JACA
"Entre montañas y su ciudadela, descubrimos Jaca”
Uno de los destinos que no podía faltar en nuestra ruta fue Jaca, una ciudad que mezcla historia, naturaleza y una energía vibrante que nos sorprendió desde el primer momento.
Lo primero que nos llamó la atención fue su ambiente animado, incluso fuera de temporada alta. Cafeterías llenas, paseantes por las calles peatonales y esa sensación de estar en un lugar con mucho por contar.
A pocos pasos de la catedral, cruzamos al enorme recinto de la Ciudadela, una fortaleza pentagonal del siglo XVI. Entramos a hacer la visita guiada, que fue muy amena (incluso para los no muy fans de la historia militar). Recorrer sus murallas, ver los ciervos que pastan en el foso y conocer su historia como bastión defensivo fue realmente interesante.
Pero Jaca es un pueblo en el que nos quedan lugares por ver, por falta de tiempo. Asi que cualquier día volvemos.
DIA 6
ALQUEZAR
“Alquézar, un pueblo colgado entre rocas y historia”
Si nunca has oído hablar de este pueblo, apúntalo ya en tu lista de escapadas pendientes. Está en la provincia de Huesca, en plena Sierra de Guara, y parece sacado de una postal medieval.
El pueblo nos recibió con sus calles empedradas, casas de piedra y un silencio que solo se rompe con el canto de los pájaros o el murmullo del viento. Aparcamos fuera del casco antiguo (los coches no entran, y menos mal, porque perdería todo el encanto) y nos metimos de lleno en un laberinto de callejuelas que huelen a historia.
La joya de la corona es la Colegiata de Santa María la Mayor, que se alza sobre un peñasco con vistas brutales al cañón del río Vero. El sitio impresiona, no solo por la arquitectura, sino por todo lo que te rodea. Naturaleza, tranquilidad y un rollo muy auténtico.
Tambien puede hacer la ruta de las pasarelas, sobre el río Vero. 💯 recomendable.
Aquí acaba nuestra ruta de 6 días por los Pirineos osquenses y sus valles. Un lugar único, y si te gusta la naturaleza un lugar 💯.