PIRINEOS LLEIDA 

En los Pirineos de Lleida disfrutamos de montañas majestuosas, valles verdes y pueblos con encanto pirenaico.” 

El Pirineo de Lleida es un mundo aparte dentro de Cataluña: montañas que rozan los 3.000 metros, valles glaciares, pueblos de piedra que parecen detenidos en el tiempo y una gastronomía de montaña que reconforta tras cualquier excursión. Para nosotros un paraíso, si amas la montaña. Donde siempre hay rutas que haces y lugares que explorar. Vamos a contarte lo que conocemos hasta ahora, que es una pequeña, aunque interesante ruta, si tienes unos días para visitar la zona. Vamos allá!!!😜


VALL D'ARAN

“En la Vall d’Aran nos dejamos envolver por montañas, ríos y pueblos con encanto único en el corazón del Pirineo catalán.” 

Con lengua y tradiciones propias. Paisajes alpinos, prados verdes y pueblos preciosos.

En invierno, es la meca del esquí; en verano, senderismo y deportes de aventura.

En la Vall ya hemos estado en diferentes ocasiones. Y no deja de sorprendernos nunca. Te mostramos lo que más nos gustó de este valle. 


VIELHA 

"Vielha, corazón del Valle de Arán, entre montañas y ríos que reflejan la belleza del Pirineo catalán.”

Es la capital del Valle, y punto referencia para alojarte, si quieres tener prácticamente todo a poca distancia 30m. 

Cuando visitamos el Valle, solemos entrar por el túnel de Vielha y despedirnos por el Port de la Bonaigua.

Situada a orillas del río Garona y rodeada de montañas, Vielha e Mijaran es el centro neurálgico del valle. Aunque hoy en día es una villa turística y animada, mantiene la esencia aranesa: casas de piedra y tejados de pizarra, iglesias románicas y un ambiente que mezcla tradición de montaña con vida moderna.

El pueblo es el típico pueblo de montaña. Casas de piedra, tejados de pizarra y pórticones de madera. 

Si paseas por el, no dejes de acercarte al río Garona, un paseo que no te dejará indiferente, sobre todo por la zona de su casco antigüo. 

También un bonito lugar es la iglesia de San Miqueu, localizada en frente del ayuntamiento. 

Vielha es el lugar con más restaurantes, tiendas y alojamientos del valle.


BAUSEN

"Bausen, pequeño pueblo aragonés en el Valle de Arán, rodeado de montañas y naturaleza intacta.”

Una pequeña aldea de apenas un centenar de habitantes, situada muy cerca de la frontera con Francia. Para llegar hasta allí, la carretera va estrechándose, los bosques de hayas y abetos se cierran a ambos lados, y de pronto aparece el caserío: casas de piedra, balcones de madera y tejados de pizarra que brillan cuando la lluvia moja las laderas. Ellos descubren enseguida que este no es un pueblo cualquiera, sino un pedazo de historia y tradición en medio de la naturaleza.

 

Tiene unas impresionantes vistas del Valle, desde diferentes miradores. 

Caminar por sus calles es un regreso a la vida sencilla de montaña. No hay grandes tiendas ni cafés ruidosos; aquí se escucha el sonido de los pájaros, el agua de los arroyos y el viento que sopla entre los tejados.

No dejes de visitar su ⛪ Iglesia de Sant Pèir Ad Víncula (siglo XII).

Y 🪦 El famoso cementerio de Bausen, declarado bien cultural, que tiene una historia muy especial: allí está enterrada Teresa, una joven que en 1916 no pudo casarse porque el obispo se negó a autorizar un matrimonio civil. El pueblo entero se unió y construyó ese cementerio para ella. Deja que te cuenten su historia. 

Nos marchamos con una sensación de paz, de tranquilidad, de esa que solo te ofrecen esos pueblos. 

 


ARTIES

 “Arties, joya del Valle de Arán, con calles empedradas y casas tradicionales rodeadas de montañas.”

Arties, es un pueblo que combina la esencia medieval del Pirineo con una vida cultural y gastronómica que sorprende a todos los que llegan.

Ellos lo descubren pronto: en Arties no solo se viene a contemplar la belleza de sus casas tradicionales, sino también a empaparse de historia y a disfrutar de la buena mesa. El centro del pueblo está presidido por la Iglesia de Santa María de Arties, una joya del románico aranés que conserva frescos del siglo XII. Muy cerca, se alza la Iglesia de San Juan, donde el estilo gótico muestra cómo el arte evolucionó en este rincón montañoso. Pasear de una iglesia a otra es, en realidad, un viaje por siglos de arquitectura y espiritualidad.

Aquí encuentran algunos de los mejores restaurantes del Valle de Arán. (Visitar la Página de comidas típicas catalanas. )

A las afueras, en dirección al río Valarties, descubren un paisaje de ensueño: prados verdes en verano, caminos que llevan hacia lagos escondidos y la posibilidad de adentrarse en rutas de senderismo. 

En la noche más corta del año, cuando el verano empieza y el sol alcanza su punto más alto, los pueblos de los Pirineos celebran con hogueras el triunfo de la luz sobre la oscuridad. En el Valle de Arán, esa noche adquiere un matiz especial en Arties, gracias a un ritual que mezcla fuego, tradición y comunidad: el Tronco de Arties.

Ellos llegan al pueblo la víspera de San Juan, el 23 de junio, y pronto se dan cuenta de que aquí la fiesta no es como en otros lugares. En lugar de una hoguera cualquiera, los vecinos preparan un enorme tronco, al que llaman “Taro”, que será el protagonista de la noche. Este tronco se arrastra desde las afueras hasta la plaza del pueblo, acompañado por cantos, risas y el sonido de las campanas. Todo el pueblo participa: los mayores recuerdan las historias de antaño, los jóvenes llevan el peso del tronco y los niños miran asombrados cómo la tradición sigue viva año tras año.

Cuando el Taro llega a la plaza, comienza el momento más esperado. Lo encienden, y las llamas se elevan iluminando las casas de piedra y los tejados de pizarra. El calor del fuego se mezcla con el bullicio de la gente, que baila, canta y celebra alrededor de la hoguera. No se trata solo de un espectáculo visual, sino de un ritual cargado de simbolismo: el fuego purifica, protege las casas y asegura prosperidad para el año que empieza.

Cercano al río, puedes acabar tu visita, en unas pintorescas casas de colores, que destacan sobre las casas tradicionales del Valle. 


SALARDÚ

 “Salardú, un rincón del Valle de Arán donde los tejados de piedra y los paisajes alpinos crean una postal perfecta.”

Otro pueblecito con encanto, donde sentarte a ver la vida pasar, o a vaciar el extres del día a día. 

Puedes pasear hasta su iglesia de San Andrés, una construcción románica que guarda frescos medievales y una calma que contrasta con el bullicio del valle en temporada alta. Alrededor de la iglesia, plazas acogedoras y rincones escondidos muestran la arquitectura típica aranesa: sobria, resistente al frío y al tiempo, y a la vez llena de pequeños detalles que hablan de generaciones que han vivido aquí.

BAGERGUE

 “Bagergue, pequeño pueblo del Valle de Arán colgado en la montaña, donde la tranquilidad y los paisajes alpinos lo hacen único.”

Situado a 1.419 metros de altitud, Bagergue es el pueblo más alto habitado de la Vall d’Aran. Está considerado uno de los “Pueblos más bonitos de España”, reconocimiento que se ganó por su arquitectura tradicional, su entorno natural y el cuidado de sus calles llenas de flores.

 

Calles estrechas empedradas con casas de piedra y tejados de pizarra. Balcones y ventanas repletos de geranios y flores, que en verano lo convierten en un auténtico jardín de montaña.

Tranquilidad total: apenas viven 100 personas de forma permanente.

 


TREDÓS

“Tredós, pintoresco pueblo del Valle de Arán rodeado de montañas, donde la arquitectura tradicional se funde con la naturaleza.”

Bajando de nos fuimos hasta Tredòs, un pequeño pueblo que conserva intacto el aire tradicional de la arquitectura aranesa. Calles estrechas, casas de piedra con tejados de pizarra y balcones de madera nos acompañaron mientras paseábamos sin prisa por su casco antiguo.

Durante nuestra estancia en Tredòs descubrimos uno de esos rincones que no aparecen en todas las guías, pero que guardan un encanto especial: el Balcón de los Osos. Se trata de un mirador natural situado a las afueras del pueblo.

El Balcón de los Osos no es un gran mirador construido, sino un rincón sencillo, casi íntimo, que conserva la autenticidad de la montaña  en pleno río, y con una bonita cascada. 

Desde Tredòs emprendimos un paseo diferente, casi mágico: el Camin dera Bruisha. Se trata de un itinerario corto y circular que recorre los alrededores del pueblo y combina naturaleza, leyendas y tradición aranesa.

El sendero comienza junto al río y se adentra en un paisaje de bosques y prados que parecen sacados de un cuento. A lo largo del recorrido fuimos encontrando paneles que contaban la historia de la bruja de Tredòs, un personaje de la mitología aranesa que, según la leyenda, vivía en estos parajes solitarios. Entre relatos y símbolos escondidos en el camino, avanzamos casi como si estuviéramos siguiendo sus huellas.

Lo que más nos gustó es que el itinerario está pensado para todos los públicos: es fácil, con apenas desnivel, y se puede hacer tranquilamente en menos de una hora. Cada rincón tenía un toque especial: un claro del bosque, un rincón del río, un árbol retorcido que parecía salido de una ilustración fantástica…

Al terminar el círculo y regresar a Tredòs, sentimos que el Camin dera Bruisha no era solo un paseo, sino una experiencia que mezclaba naturaleza y cultura popular. Fue como asomarnos a las creencias antiguas del valle y, al mismo tiempo, disfrutar de la calma del Pirineo.

📌 Información práctica

  • Tipo de ruta: circular.
  • Duración: entre 45 minutos y 1 hora.
  • Dificultad: muy fácil, ideal para hacer en familia.
  • Mejor época: primavera y verano, cuando el bosque está más verde, y otoño para disfrutar de los colores del follaje.
  • Recomendación: llevar calzado cómodo y dedicar tiempo a leer los paneles para disfrutar de la historia de la bruja.

 


BAQUEIRA

 “Baqueira, un paraíso blanco en el Valle de Arán, donde la nieve cubre montañas y bosques creando un paisaje de cuento.”

Cuando pensamos en la Vall d’Aran, uno de los primeros nombres que nos viene a la mente es Baqueira. Y no es para menos: aquí se encuentra la estación de esquí más grande y conocida de todo el Pirineo español, un verdadero paraíso para los amantes de la nieve.

Nosotros fuimos en verano, y el lugar se transforma. Los remontes siguen funcionando para llevar a los excursionistas a lo alto de las montañas, desde donde parten rutas de senderismo espectaculares. Nos sorprendió ver cómo un destino tan asociado al invierno guarda también un enorme atractivo en la temporada estival.

Pero al hacer la ruta en coche, nos permitió subir por sus curvas, con magníficos paisajes del Valle hasta nuestro siguiente destino. 

PLA DE BERET

"Pla de Beret, altiplano nevado en el Valle de Arán, donde los paisajes se extienden entre montañas y naturaleza intacta.”

Es una amplia meseta de montaña que nos dejó sin aliento por su belleza y amplitud. A 1.850 metros de altitud, este lugar es el punto de encuentro perfecto para quienes aman la naturaleza, tanto en invierno como en verano.

En invierno, el Pla de Beret es famoso por sus pistas de esquí nórdico y por ser el lugar de inicio de muchas rutas de raquetas.

Nosotros lo hemos visitado en varias ocasiones.  En verano, la meseta se llena de prados verdes, caballos pastando en libertad y flores alpinas. Desde allí parten excursiones tan emblemáticas como la que lleva al naixement del Garona, el nacimiento del río Garona, que más adelante atraviesa todo el valle y llega hasta Burdeos. Pasear por esos senderos, entre bosques y riachuelos, fue una de las experiencias más tranquilas de nuestro viaje.

Y en el deshielo, la zona es perfecta para subir y disfrutar de las últimas nieves.

Además, el Pla de Beret es un lugar con historia: durante siglos, ha sido utilizado como zona de pasto por los ganaderos del valle, y hoy sigue conservando ese aire auténtico de alta montaña.

Para nosotros, este rincón fue un auténtico respiro: amplitud, silencio y naturaleza en estado puro. Tanto si se busca deporte como si simplemente se quiere contemplar el paisaje, el Pla de Beret tiene algo especial que atrapa.


PORT DE LA BONAIGUA 

“Port de la Bonaigua, paso de montaña en el Valle de Arán, donde las vistas de los picos y valles cortan la respiración.”

En nuestro recorrido por la Vall d’Aran suele acabar siempre en el el Port de la Bonaigua, el paso de montaña que conecta el valle con el Pallars Sobirà. Situado a más de 2.000 metros de altitud, es una carretera mítica del Pirineo, tanto por su historia como por las vistas que ofrece.

La subida ya fue toda una experiencia: curvas que se enroscan en la montaña, paredes de roca y, a medida que ascendíamos, panorámicas cada vez más abiertas. Al coronar el puerto, tuvimos la sensación de estar en un verdadero balcón sobre los Pirineos.

 

Nos detuvimos un buen rato a contemplar el paisaje: hacia un lado, el verde intenso de la Vall d’Aran; hacia el otro, los relieves salvajes del Pallars. El contraste nos recordó lo especial que es este punto fronterizo entre valles.

El Port de la Bonaigua no es solo un paso de montaña: es también parte de la historia aranesa. Durante siglos fue la única vía de comunicación, muchas veces bloqueada por la nieve, lo que hacía que el valle permaneciera aislado durante meses. Hoy, aunque la carretera está siempre abierta gracias a los quitanieves, la sensación de estar en un lugar remoto y poderoso sigue viva.


CASCADA DE GERBER

Desde el Port de la Bonaigua decidimos hacer una pequeña excursión hasta la Cascada de Gerber, uno de los rincones más impresionantes del Pirineo. El camino comienza muy cerca de la carretera del puerto y en pocos minutos nos adentramos en un paisaje completamente distinto: bosques de pino negro, rocas cubiertas de musgo y el sonido del agua marcando el ritmo de la caminata.

El sendero, aunque con un poco de pendiente, es corto y accesible. Tras una media hora de ascenso llegamos frente a la cascada, que se precipita con fuerza entre paredes de roca formando una cortina blanca de agua y espuma. La sensación de frescor y la potencia del salto nos dejaron sin palabras.

Nos quedamos un buen rato contemplando el espectáculo natural, rodeados del silencio roto solo por el rugido del agua. 


PARQUE NACIONAL DE AIGÜES TORTES Y LAGO SAN MAURICIO

“En Aigüestortes nos perdemos entre lagos de montaña, ríos cristalinos y paisajes pirenaicos de ensueño.” 


TAÜLL

“Taüll, pueblo del Valle de Boí donde el románico y los paisajes de montaña crean un rincón único.”

Nos acercamos primero a Sant Climent de Taüll, una joya del románico catalán. Su campanario se alza elegante sobre el valle, y al entrar descubrimos las pinturas murales originales del siglo XII, que nos dejaron maravillados por su colorido y la perfección de los detalles. También visitamos Santa Maria de Taüll, otra iglesia románica cercana, más pequeña pero igualmente encantadora.

Además de su patrimonio arquitectónico, Taüll nos ofreció un entorno natural impresionante: rodeado de montañas, prados y ríos, es un punto perfecto para combinar cultura y naturaleza. Paseamos por el valle, respirando aire puro y disfrutando de las vistas de los picos nevados que rodean el pueblo.

Para nosotros, Taüll fue un ejemplo perfecto de cómo el arte, la historia y el paisaje pueden convivir en armonía. No solo visitamos un pueblo, sino que nos sumergimos en siglos de tradición y belleza pirenaica.


CALDES DE BOí

“Caldes de Boí, pueblo termal en el corazón del valle, donde la naturaleza y las aguas calientes invitan a la calma y al descanso.”

Lo que más nos impresionó fueron las fuentes termales, utilizadas desde tiempos romanos. Pasear por el pueblo es como retroceder en el tiempo: los antiguos baños y manantiales todavía funcionan y se combinan con alojamientos modernos, creando un equilibrio perfecto entre historia y confort.

aprovechamos para recorrer el entorno natural que rodea el pueblo. Pequeños senderos nos llevaron a bosques, riachuelos y prados, siempre con las montañas como telón de fondo. La sensación de paz y conexión con la naturaleza era absoluta. Un lugar con mucho encanto. 


LAGO SAN MAURICI Y ELS ENCANTATS

Durante nuestra aventura por el Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, llegamos al Estany de Sant Maurici, un lago glaciar que nos dejó sin palabras. Sus aguas turquesa reflejaban las montañas que lo rodean, creando una postal que parecía casi irreal.

Lo que más nos impresionó fueron los picos gemelos de Els Encantats, que se alzan majestuosamente junto al lago. Su silueta afilada y escarpada nos hizo sentir pequeñísimos frente a la fuerza de la naturaleza. Según cuentan, los Encantats están envueltos en leyendas locales: antiguos espíritus transformados en roca, vigilando el lago y sus alrededores.

Decidimos recorrer parte de la senda que rodea el lago, atravesando bosques de pino negro y prados de alta montaña. Cada paso nos regalaba una nueva perspectiva del lago y de los picos, y la calma del entorno nos permitió conectar de verdad con la naturaleza del parque. 

Para nosotros, el Estany de Sant Maurici y Els Encantats fue uno de esos lugares que justifican por sí solos un viaje al Pirineo:


OTROS LUGARES


TABASCÁN

Se llega a el dedpues de traspasar una serpenteante carretera. Pero valio la pena.

Pasear por sus calles estrechas, escuchar el murmullo del río y contemplar las montañas que lo rodean fue para nosotros una experiencia de calma total. Tavascan nos pareció uno de esos lugares escondidos del Pirineo que merece la pena descubrir sin prisas, dejándose llevar por la naturaleza y la autenticidad del entorno.

No dejes de visitar sus puentes de piedra.

Durante varios días recorrimos valles y pueblos que nos mostraron la esencia de esta tierra.

A lo largo del camino descubrimos paisajes que nos dejaron sin aliento: lagos de alta montaña, cascadas, bosques infinitos y cumbres que parecían tocar el cielo. También sentimos la huella de la historia y las leyendas, en campanarios románicos, en iglesias que han resistido siglos y en tradiciones que siguen vivas en cada pueblo.

Para nosotros, el Pirineo es mucho más que una ruta: es una forma de conectar con la montaña, de disfrutar de la tranquilidad y de redescubrir el valor de los pequeños detalles. Los Pirineos de Lleida nos ofrecen  cultura, naturaleza y hospitalidad a partes iguales.

Nos despedimos con la sensación de haber vivido una experiencia única y con la promesa de volver. Porque en estas montañas siempre queda un sendero por recorrer, un pueblo por descubrir y un paisaje por admirar. Y por supuesto os lo contaremos. 😜

 

¿Por qué recomendamos visitar los Pirineos de Lleida? 

Recomendamos los Pirineos de Lleida porque aquí encontramos naturaleza salvaje, pueblos con encanto, rutas de montaña, cultura románica y una gastronomía que reconforta después de cada aventura. 🏔️✨ ¿Te animas a descubrirlos?