PUEBLOS BLANCOS

"Rincones llenos de historia y encanto andaluz” 

 

En una de nuestras visitas a Sevilla, decidimos ir a conocer un poco de los bien llamados "Pueblos blancos" La ruta nos sorprendió mucho, por su sabor puramente andaluz. 

Pueblos encalados de blanco puro, que bajo la luz del sol,parecen brillar. combinados con paisajes verdes. 

Algun lugar que nos encontramos por el camino. Y que nos resultó popular. 😆. 

Volvímos  con la cámara llena de fotos, el estómago feliz y la cabeza más despejada que nunca. Y sí, con ganas de volver. Porque estos pueblos no solo se visitan: se viven. Y nos quedan muchos por vivir. 😜. 


EL BOSQUE 

"El Bosque nos conecta con la calma de Cádiz” 

comenzamos la ruta viniendo de Sevilla en este pueblo. Es uno de esos Pueblos Blancos con alma. Pequeño, tranquilo y rodeado de naturaleza, es perfecto para desconectar. Puedes pasear por su casco histórico, hacer la ruta del río Majaceite, probar el famoso queso payoyo o perderte entre senderos y miradores con vistas de postal.

A la entrada del pueblo con encontramos con la archifamosa finca "Ambiciones" de Jesulin de Ubrique. Y nos hicimos la foto de rigor. 😆


UBRIQUE

"En Ubrique descubrimos un pueblo que combina tradición, artesanía en piel y el encanto de la sierra gaditana.”

Continuamos camino de nuestra aventura y llegamos otro tranquilo y clásico pueblo blanco, con algunas curiosidades. 

  1. mundialmente conocido por su industria marroquinera. Grandes marcas de lujo como Loewe, Chanel o Gucci fabrican aquí parte de sus bolsos, carteras y complementos. ¡Y todo hecho a mano!
  2. Un pueblo con “apellido” taurino
    Ubrique es tierra de toreros. El más famoso: Jesulín de Ubrique, que en los años 90 llenaba plazas de toros… ¡y portadas de revistas!

 


GRAZALEMA

"Grazalema nos invita a perderse y disfrutar cada paso”

 

Este pueblo nos encantó, en medio de la sierra de su nombre. 

No hace falta decir que blanco impoluto. Con unas calles que invitan a ser conocidas. 

Fue refugio de bandoleros en el siglo XIX, Grazalema era paso habitual de bandoleros y contrabandistas que se movían entre sierras. Hay rutas y leyendas dedicadas a ellos.

Por cierto nos recordó a la serie de los 80. "Curro Jiménez". 😜

Grazalema está declarado Conjunto Histórico-Artístico. Todo el centro conserva el trazado medieval y las construcciones tradicionales, 

 


RONDA

"Ronda, cuna de historia y tradición taurina”

Que decir de Ronda, a nosotros nos enamoró. En medio de la serranía de su nombre. Y con una gran tradición taurina, no pasa desapercibido, quizás sea de los pueblos más visitados de Andalucía. Situada sobre un desfiladero vertiginoso, esta ciudad blanca parece suspendida entre el cielo y la tierra, 


PUENTE NUEVO 


MIRADOR DE RONDA 

Seguimos bordeando el abismo y llegamos a un bonito mirador, donde se ve plenamente toda la sierra. Y donde la vista se pierde en la lejanía, desde esa altura. Un poco más adelante hay otro el mirador del coño. 


PLAZA DE TOROS 

Hay un lugar que tienes que conocer sí o sí, aunque no seas fan del toreo: la Plaza de Toros. Y no es una cualquiera, es una de las más antiguas y elegantes de España… ¡y casi un museo en sí misma!

Construida en 1785, esta plaza no impresiona por su tamaño (es más bien recogida), sino por su belleza. Tiene una estructura completamente circular, columnas de piedra, gradas cubiertas con tejado de madera y un aire señorial que te transporta a otra época.

Hay todo un museo taurino en su interior que cuenta esta historia con trajes, carteles antiguos y hasta una colección de armas curiosísima.

En ella se celebra la famosa Feria Goyesca, donde todo el mundo va vestido como en tiempos De Goya,  la plaza es un lugar para sentir la historia. Puedes pisar la arena, pasear por los pasillos donde se preparaban los toreros, e incluso asomarte desde las gradas y sentirte parte del espectáculo… aunque sea en modo turista curioso.

visitable, previo pago. 

 


SETENIL DE LAS BODEGAS

"Un pueblo suspendido entre roca y tradición” 

 

Nuestra última visita de esta escapada es . Este pueblo,  no se parece a ningún otro. Es un pueblo blanco, sí, pero su seña de identidad está en su propia arquitectura: muchas casas están literalmente construidas bajo enormes rocas, aprovechando el relieve natural del cañón del río Trejo. Algunas viviendas están excavadas en la piedra; otras tienen la roca como techo o pared.

Las dos calles más famosas, Cuevas del Sol y Cuevas de la Sombra, te lo muestran a la perfección: en una, la luz rebota en las fachadas encaladas; en la otra, el techo de piedra deja apenas pasar los rayos de sol. Un contraste único que no encontrarás en ningún otro pueblo de la Ruta de los Pueblos Blancos.

No se construyó sobre la roca, sino dentro de ella. Muchas casas no tienen tejado: ¡la propia roca hace de cubierta! Eso ayuda a mantener la temperatura estable todo el año, fresca en verano y cálida en invierno.

     

    Nos enganchamos a los Pueblos Blancos como quien prueba el queso payoyo por primera vez: con ganas de repetir. Entre callejuelas, tapas, miradores y mucha cal, lo tenemos claro… ¡volveremos! Y esta vez, con más hambre, más cámara y menos prisa.”😅😅