VALLE DE OSCOS

Los Oscos, un lugar donde el tiempo parece detenerse.

 

Empezamos nuestra ruta adentrándonos en un paisaje que parecía sacado de un cuento: verdes montes, ríos que serpentean y pequeños caminos que invitan a caminar sin prisa. Cada tramo nos sorprendía con vistas inesperadas y rincones llenos de calma, donde el sonido de la naturaleza se convierte en protagonista. Fue un recorrido para desconectar, disfrutar del aire puro y dejarse llevar por la tranquilidad que solo un entorno así puede ofrecer. Prepárate para carreteras estrechas y serpenteantes. Pero no dudes en adentrarte en los pueblos más recónditos, que te llevarán a la Asturias más profunda. 

El Valle de Oscos se encuentra en el occidente de Asturias, en el norte de España. Es una zona rural y montañosa que limita al oeste con Galicia 


TARAMUNDI 

Recorrer Taramundi fue adentrarnos en un mundo de tradición y naturaleza. Paseamos entre calles tranquilas, talleres artesanos y senderos verdes, disfrutando del aire fresco y de la calma que solo un lugar así puede ofrecer.

TALLER DE CUCHILLERÍA 

Nuestra visita al taller de cuchillería fue toda una experiencia. Desde el momento en que entramos, nos sorprendió el ambiente lleno de tradición y dedicación. Pudimos ver cómo cada cuchillo se fabrica con paciencia y precisión, desde el forjado del metal hasta los detalles finales en el mango. Los artesanos nos explicaron sus técnicas y nos dejaron tocar algunas de las piezas, lo que hizo que todo pareciera más cercano y real. Salimos del taller con una sensación de admiración por el trabajo manual y la pasión que se esconde detrás de cada herramienta, y con ganas de llevarnos un pedacito de esa tradición con nosotros.

MUSEO DE LOS MOLINOS

Visitar el museo de los molinos fue como viajar al pasado. Recorrimos las instalaciones descubriendo cómo el agua ha sido aprovechada durante siglos para mover los molinos y transformar la vida en el valle. Pudimos ver de cerca la maquinaria tradicional, entender su funcionamiento y aprender sobre las técnicas que se han transmitido de generación en generación. La visita nos permitió conectar con la historia de la región de una manera muy tangible, disfrutando de un entorno lleno de encanto y de la sensación de estar en un lugar donde la tradición sigue muy viva.

CONJUNTO ETNOGRÁFICO DE TEIXOIS

Mientras caminábamos entre construcciones tradicionales y escuchábamos el sonido del agua moviendo los ingenios, pudimos imaginar cómo era la vida en tiempos en los que todo dependía de la fuerza de la naturaleza. Nos sorprendió ver en funcionamiento herramientas y mecanismos antiguos, y entender cómo cada pieza cumplía un papel esencial en el día a día. Fue un recorrido lleno de curiosidad y aprendizaje, que nos permitió conectar con la tradición de una forma cercana y muy especial.

Es una visita muy especial, que nos trasladó a otra época, en un entorno precioso. 

Te recomendamos comprar entrada con anticipación en meses de turismo alto. 


AS VEIGAS

Llegar a As Veigas ya fue toda una aventura: bajamos por una carretera estrecha y llena de curvas que nos iba metiendo poco a poco en un valle de cuento. Al llegar, nos encontramos con un pueblín de casitas de piedra y madera, rodeado de verde por todas partes. Paseamos sin prisa, disfrutando del silencio y de ese ambiente rural que te hace desconectar al instante. Fue una parada sencilla pero especial, de esas que te dejan buen recuerdo por lo auténtico del lugar.

El lugar podríamos decir que es prácticamente de cuento. Nos encantó. 


SANTA EULALIA DE OSCOS /SAN MARTIN DE OSCOS Y VILLANUEVA DE OSCOS 

En nuestra ruta por el valle hicimos una parada en Villanueva, San Martín y Santa Eulalia de Oscos, tres pueblos que mantienen ese encanto rural que tanto nos gusta. En Villanueva disfrutamos de un paseo tranquilo entre casas tradicionales; en San Martín nos encontramos con un ambiente aún más sereno, perfecto para desconectar; y en Santa Eulalia volvimos a sentir ese ritmo pausado que define a la zona. Tres visitas breves pero muy agradables, que nos dejaron la sensación de estar recorriendo un valle auténtico y lleno de vida sencilla.


CANGAS DE NARCEA

Después de recorrer el valle, dejamos atrás esos paisajes verdes y tranquilos y pusimos rumbo a Cangas de Narcea. Llegamos ya al final del día, con ganas de dar un paseo rápido y aprovechar para una tradición que no perdonamos: comprar lotería. Con el ambiente animado del pueblo y esa mezcla de cansancio y buen rollo después de la ruta, cerramos la jornada con la sensación de haber disfrutado de un día completo y muy nuestro.