SEVILLA 🇪🇸 

Sevilla, un viaje entre flamenco, arquitectura y sabor”

 

Quien se resiste a visitar Sevilla. Para nosotros una imprescindible si visitas España o Andalucía.

Tiene un clima excelente prácticamente todo el año. Aunque los meses de verano son mejor evitarlos por sus temperaturas elevadas de más de 40 grados. 

Una historia fascinante que te engancha entre árabes y cristianos.

Un arte que no se puede aguantar, un su flamenco a la cabeza. 

Sus  barrios con poderío como Santa Cruz y Triana. 

Y su ambiente fiestero, sus tapas, plazas,terrazas llenas de gente y buena comida. Que junto a su feria de Abril y su semana santa, la hacen perfecta. 

¿Te apetece conocer sus imprescindibles? Prepárate que son unos cuantos. 😜

RUTA POR SEVILLA DE 4 DÍAS 

DIA 1


BARRIO DE TRIANA. 

Si hay barrio conocido de sobras es TRIANA. Sevilla, es como los hijos no te puedes quedar con uno, todos los barrios y lugares tienen su embrujo. 

En esta ocasión también optamos por realizar un Free tour, para que nos contaran su historia y secretos. Nos gusta mucho curiosear y meternos en el papel. 

 

Que mejor que comenzar la visita en la CALLE BETIS , corazón del barrio.

La Calle Betis tiene algo que enamora. Tal vez sea su historia —fue una de las principales zonas portuarias de la Sevilla del comercio con América— o tal vez sea la vida que respira en cada terraza, en cada bar, en cada nota de flamenco que se escapa por alguna ventana. Nosotros nos dejamos atrapar por todo eso.

Desde allí, podíamos ver la Torre del Oro al otro lado del río, y más allá, la Giralda.

Si buscáis un rincón romántico, vibrante y con alma sevillana, la Calle Betis es imprescindible.


Nos adentramos ya en el barrio, y aclaremos que no somos muy debotos. Pero Sevilla, te contagia ese ambiente. Y según visitas sus templos quieres más, así que aquí iremos viendo unos cuantos los cuales creemos son visita obligada, en una ciudad tan creyente. 

En la calle Pureza se encuentra la HERMANDAD DE LA ESPERANZA DE TRIANA 

La visita a la Esperanza de Triana fue realmente especial. Desde que llegamos a la Capilla de los Marineros, se notaba esa mezcla de emoción y respeto que solo una imagen tan querida puede inspirar. 

Nos gustó mucho también la historia que envuelve a la Hermandad, esa conexión con los marineros, el barrio, y la fe popular tan arraigada. Salimos con el corazón lleno, con la sensación de haber vivido algo más que una simple visita: fue un encuentro con la tradición, con la belleza y con una fe que se siente viva en cada rincón de Triana.

Una visita imprescindible en este barrio. 

Seguimos paseando y nos encontramos con una iglesia muy emblemática en el barrio. LA PARROQUIA DE SANTA ANA.

La visita a la Parroquia de Santa Ana fue otro momento mágico en nuestro paseo por Triana. Nada más cruzar sus puertas, se sintió el peso de los siglos y la belleza del arte sagrado sevillano. Es una de las iglesias más antiguas de Sevilla —la llaman “la Catedral de Triana”— y, desde luego, hace honor a ese nombre.

Nos sorprendió su majestuosidad, esa mezcla de estilos gótico-mudéjar que le da una personalidad única. Las bóvedas altas, los retablos dorados, y cada rincón lleno de detalles que invitan a detenerse y contemplar.

Salimos con la sensación de haber descubierto un lugar sagrado que no solo es bello por fuera, sino que guarda dentro siglos de fe, historia y amor por Triana.

 

Paseamos luego por la CALLE RODRIGO DE TRIANA, y parándonos en los bonitos patios o corralas sevillanas.

Una corrala es básicamente un conjunto de viviendas que comparten un mismo patio central. Estas viviendas suelen ser pequeñas, organizadas en una o dos plantas, con balcones o corredores que dan al patio. El patio es el corazón del lugar: allí se lavaba la ropa, se cocinaba, se charlaba, se celebraban fiestas… Era un espacio de convivencia, a veces difícil, pero siempre lleno de vida.

En Sevilla, y especialmente en Triana, estas corralas estuvieron habitadas por alfareros, marineros, artesanos y familias humildes. Muchas estaban cerca de los hornos cerámicos y talleres, por lo que los vecinos compartían no solo el espacio, sino también el oficio.

Hoy en día, algunas se han rehabilitado y conservan ese encanto: geranios colgando de los balcones, paredes encaladas, y el eco de la vida compartida. 

Una calle que, sin alardes, representa lo mejor de Triana: su gente, su historia y su alma marinera.

Nuestra próxima parada, está basada en los oficios más antiguos del barrio. LA CERÁMICA. 

El Centro Cerámica de Triana es una auténtica joya cultural enclavada en el corazón del barrio, justo donde antes estuvo una antigua fábrica de cerámica: la fábrica de Santa Ana.

Desde el momento en que entras, te envuelve la atmósfera del antiguo taller: los hornos, los tornos, los azulejos originales, y hasta los restos de las piletas donde se trataban los materiales. Todo está cuidadosamente conservado para que uno no solo mire, sino que sienta cómo era el proceso, paso a paso, desde la tierra hasta la pieza terminada.

El recorrido te permite entender cómo Triana se convirtió en el gran centro alfarero de Sevilla, con sus cerámicas decorando iglesias, patios, fuentes y fachadas de toda Andalucía —y más allá.

Es una visita obligada para entender Triana y para valorar una de las tradiciones más bellas de Sevilla. 

Triana es todo vida, y ya estamos en la zona más concurrida.

El CALLEJÓN DE LA INQUISICIÓN  es uno de esos rincones de Triana que guardan una historia tan profunda como sombría. Se trata de un estrecho y corto pasaje, empedrado y silencioso, que conecta la calle Castilla con el entorno del antiguo Castillo de San Jorge, a orillas del Guadalquivir. Hoy en día, es una zona tranquila, casi escondida, pero su nombre nos remite a uno de los capítulos más oscuros de la historia de Sevilla: la Santa Inquisición.

Al lado está el famoso MERCADO DE TRIANA, junto al Puente de Triana, este mercado se erige sobre las ruinas del antiguo Castillo de San Jorge, que fue sede de la Inquisición desde 1481 . 

al que entramos a conocer sus productos, para elaborar sus ricas recetas sevillanas, luego al final hablaremos de su gastronomía. 

Y acabamos este recorrido por Triana en su emblemático puente, desde el que se tienen unas hermosas vistas de la calle Betis, De la Torre del Oro, la Giralda y la Maestranza, su PUENTE DE TRIANA. 


BARRIO DE SANTA CRUZ 

Para conocer a fondo el barrio, decidimos optar por un Free tour. Por que nada mejor que te cuenten los entresijos que esconden sus rincones y callejuelas. Cada rincón es un susurro del pasado, con callejuelas tan estrechas que a veces el sol apenas se atreve a colarse entre las paredes encaladas. Caminar por Santa Cruz es como entrar en un cuento: casas con balcones floridos, patios escondidos llenos de buganvillas, y ese silencio lleno de historia que envuelve todo.

A lo lejos, la Giralda nos guiaba entre plazas como la de Doña Elvira o la de Santa Marta, donde el tiempo parece haberse detenido.

Aquí se mezclan el legado judío, el alma andaluza y la esencia sevillana. A cada paso, un aroma a azahar, a incienso, o a cocina recién hecha me recordaba que Sevilla no solo se ve: se siente, se huele y se escucha.

Accedimos al barrio por un arco que nos presentó el PATIO DE BANDERAS . Una plaza con palmeras y naranjos, que parece separar la calma del bullicio. Y si te giras hay está ella vigilante. La Giralda

Comenzamos a caminar para adentrarnos ya si en la magia, y nos detuvimos en la PLAZA DE DOÑA ELVIRAUn lugar muy acogedor y en el cual te parece ya no estar en esta ciudad. 


Dicen que aquí nació Doña Elvira, un personaje envuelto en leyendas y dramas de la literatura española. No sé si es cierto, pero el aire de la plaza tiene algo romántico, casi teatral.

Seguimos adentrándonos en el barrio y vamos a parar a la CALLE DEL AGUA.una calle estrecha, silenciosa, flanqueada por muros altos que parecían guardar secretos antiguos. El nombre no engaña. Si te detienes un momento y callas, puedes oír el murmullo del agua que corre por las antiguas canalizaciones del Alcázar, como un eco de siglos pasados.

Como nos gustan sus calles y plazuelas. Ahora nos paramos en la PLAZA DE SANTA CRUZ.

Ubicada en pleno corazón del antiguo barrio judío, esta pequeña plaza rebosa encanto, historia y tranquilidad.

La plaza está rodeada de casas señoriales, balcones de hierro forjado y paredes cubiertas de buganvillas que, en primavera, tiñen todo de fucsia. En el centro, un cruz de hierro sobre un pedestal de piedra atrae inevitablemente todas las miradas. Supimos después que es la Cruz de la Cerrajería, un ejemplo magnífico de la forja sevillana del siglo XVII.

a nosotros nos pareció un lugar mágico. Tiene un no sé qué, que no se yo. 

Ya casi acabando nuestra visita al barrio y casi sin darnos cuenta, llegamos a la CASA DE MURILLO. Habíamos oído hablar de ella, pero tenerla frente a nosotros fue una grata sorpresa. Está situada en la calle Santa Teresa, una de esas vías estrechas y encantadoras que hacen de Sevilla un lugar

En esta casa vivió Bartolomé Esteban Murillo, uno de los grandes pintores del Siglo de Oro español.

Ya casi a punto de salir de este precioso y recomendado 💯 este barrio. Paramos en LAS TRES CRUCES 

Llegamos  a un rincón algo escondido pero muy simbólico: el callejón de Las Tres Cruces. Nos sorprendió encontrar, en medio de un cruce silencioso, tres cruces de piedra sobre pedestales. No sabíamos mucho sobre ellas, pero pronto descubrimos que están cargadas de leyenda. Dicen que allí se castigaba a los herejes o que fue un lugar de ejecuciones, aunque nadie lo sabe con certeza. 

Terminamos el paseo con la sensación de haber recorrido siglos de historia en apenas unas calles. Si algún día venís por Sevilla, no os limitéis a lo más turístico: dejaos llevar por sus barrios, por sus esquinas silenciosas, por su arte y sus secretos. Nosotros volveremos, sin duda.😜. Ya que uno de nosotros es de esta maravillosa tierra. 

¿No os parecen preciosas? 😜

DIA 2


ARCO Y BASILICA DE LA MACARENA

Comenzamos el día en este lugar. Lo que más nos impactó fue entrar en la Basílica de la Macarena. El silencio del interior contrastaba con la emoción que nos produjo ver de cerca a la imagen de la Virgen de la Esperanza Macarena. Aun sin ser religiosos, nos conmovió su belleza, la devoción que despierta, y todo lo que representa para los sevillanos. Nos quedamos un buen rato observándola y sintiendo esa atmósfera tan especial.

Después, aprovechamos para pasear por la Muralla Almohade, justo al lado, que nos pareció un rincón muy interesante y poco turístico.

Nos gustó muchísimo haber incluido La Macarena en nuestra ruta. No es solo una visita bonita, sino también una experiencia emocional y cercana, diferente a lo que se vive en los lugares más turísticos del centro.


BASÍLICA DE JESUS DEL GRAN PODER 

Durante nuestro paso por Sevilla, teníamos claro que había que pasar por las visitas religiosas, para poder sentir la ciudad.  el Señor del Gran Poder, era otra de ellas. . Es una de las imágenes más queridas y veneradas no solo en Sevilla, sino en toda Andalucía.

Al entrar en la Basílica del Gran Poder, el ambiente nos envolvió de inmediato. A pesar de estar en pleno centro, dentro reinaba un silencio profundo, cargado de recogimiento. Y allí estaba Él: el Señor del Gran Poder, imponente, sereno, con esa expresión que parece mirar dentro de uno. Nos impresionó su tamaño, su realismo,. Nos quedamos un buen rato contemplándolo, sin necesidad de decir nada. Solo estar allí ya era suficiente.

Entendimos de verdad por qué lo llaman el “Señor de Sevilla”. No importa si uno es creyente o no: lo que se siente frente a esa imagen es algo que va más allá de las palabras.


PLAZA DE TOROS DE LA REAL MAESTRANZA 

Sevilla, es quizás una de las ciudades que respira más la palabra "España" en cuanto a fervor religioso y torero. Ya que este "arte", ya ha dejado de vivirse en el resto del país. De echo, yo hablo por mi en esta ocasión, soy muy animalista. Pero estamos en Sevilla, y aunque no iría a ver una corrida de Toros, si me gusta saber más de sus tradiciones. Asi que decidimos visitar la plaza más famosa de España. 

Al llegar, nos impresionó la fachada blanca y albero, con sus detalles amarillos tan característicos. La plaza, desde fuera, ya tiene presencia, pero lo que más nos impactó fue entrar dentro y verla por primera vez: un anfiteatro perfecto, lleno de simetría, historia y simbolismo. Pasear por el ruedo, mirar hacia las gradas y sentir el silencio que lo envuelve cuando no hay espectáculo fue muy especial. Casi podíamos imaginar el bullicio de una tarde de toros, con el sol cayendo sobre los tendidos.

La visita al museo también nos ayudó a comprender mejor la historia de la plaza y su papel en la tradición andaluza. Vimos trajes de luces, carteles antiguos, obras de arte y objetos que han formado parte de esta historia centenaria.

Salimos con una mezcla de sensaciones: por un lado, impactados por la belleza arquitectónica y el peso cultural del lugar; por otro, reflexionando sobre una tradición compleja que forma parte de la identidad de muchos, aunque no sea compartida por todos.

En cualquier caso, visitar la Maestranza fue una experiencia enriquecedora, y nos alegra haberla incluido en nuestra ruta. Es, sin duda, uno de los espacios más emblemáticos de Sevilla, y comprender su historia nos ayudó a entender mejor el alma de la ciudad.

visitable previo pago


TORRE DEL ORO 

Seguimos paseando por la orilla del Guadalquivir, viendo sus barquitos pasear por el, repletas de turistas. Decir que un día yo fui uno de ellos, hace ya bastante tiempo, cuando visité esta ciudad por primera vez. Y es un momento muy especial. Tambien dejamos a un lado el teatro de la Maestranza. Pero ahora vamos hacia la torre del oro. 

Fue una visita breve pero muy especial. La Torre del Oro no solo es un símbolo de Sevilla: es un testigo silencioso de siglos de historia, y verla tan bien conservada nos hizo sentir aún más cerca del alma de esta ciudad.

La Torre del Oro recibe su nombre por el reflejo dorado que proyectaban sus muros sobre el río Guadalquivir, especialmente al atardecer. Aunque hay varias teorías.

Otras versiones más legendarias dicen que el nombre proviene de que allí se guardaba el oro traído de América durante el comercio colonial, pero no hay pruebas históricas sólidas que lo confirmen. ¿Con cuál te quedas? 🤔

visitable previo pago


PALACIO DE SAN TELMO

Se construyó en el siglo XVII como colegio de marinos, destinado a formar a los huérfanos de navegantes en las artes náuticas. Su nombre hace referencia a San Telmo, patrón de los marineros. Más adelante, pasó por distintos usos: fue residencia real, sede de instituciones educativas y, actualmente, es la sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía.

El edificio es una joya del barroco sevillano. Lo que más llama la atención es su espectacular fachada principal, de estilo churrigueresco, cargada de ornamentación, columnas salomónicas y estatuas. Fue diseñada por Leonardo de Figueroa, uno de los grandes arquitectos del barroco andaluz.


PARQUE DE MARIA LUISA

Durante nuestra estancia en Sevilla, decidimos pasar la  tarde en el Parque de María Luisa y nos gustó mucho. Desde el primer momento nos impresionaron sus amplios senderos, la frondosa vegetación y la tranquilidad que se respira en cada rincón.

Paseamos sin prisa, disfrutando del canto de los pájaros y de la sombra de los grandes árboles. Nos detuvimos en varias glorietas, como la de Bécquer, que nos pareció especialmente encantadora por su ambiente romántico.

Más adelante llegamos a la impresionante Plaza de España, que nos dejó sin palabras. Sus azulejos coloridos, su canal navegable y su arquitectura majestuosa hacen que sea un lugar único.

Descansamos junto a la Fuente de las Ranas y aprovechamos para hacer algunas fotos. Fue un momento muy agradable, rodeados de naturaleza y del estilo andaluz que envuelve todo el parque.

DIA 3 


REAL ALCAZAR DE SEVILLA 

Si hay un lugar en Sevilla que nos hizo sentir como en un cuento, ese fue el Real Alcázar. Lo habíamos visto en fotos mil veces, pero estar allí en persona fue otra historia. Cruzamos la Puerta del León sin imaginar que dentro nos esperaba un viaje a través del tiempo.

Nada más entrar, nos sobrecogió la mezcla de estilos y épocas. El Palacio de Pedro I nos dejó sin palabras: sus arcos, los detalles en los muros, los patios con fuentes… todo parece sacado de las Mil y Una Noches. Nos quedamos un buen rato en el Patio de las Doncellas, admirando los reflejos del agua y el trabajo increíble de los artesanos que levantaron esos muros siglos atrás.

Pero si hay algo que nos atrapó por completo, fueron los jardines. Paseamos entre setos, fuentes y palmeras mientras el sonido del agua y el canto de los pájaros nos acompañaban. 

Al salir, entendimos por qué este lugar ha sido escenario de películas y series como Juego de Tronos. El Alcázar no es solo un monumento; es una experiencia que te transporta, te envuelve y se te queda grabada.

Sin duda, uno de los grandes tesoros de Sevilla. Y si vais… reservad un par de horas (mínimo), porque os costará salir de este palacio de ensueño.

Visitable previo pago, y mejor reservar con antelación. 


PLAZA DEL CABILDO

En una pequeña entrada que casi pasa desapercibida.descubrimos la Plaza del Cabildo.

Escondida entre edificios y sin grandes carteles que la anuncien, esta plaza semicircular es una joya arquitectónica que transmite calma, incluso estando a pasos de una de las zonas más transitadas de la ciudad. Las arcadas blancas con columnas de mármol, los frescos pintados en lo alto y la fuente en el centro crean una atmósfera casi mágica.

 

También nos llamó la atención un tramo de muralla almohade que aún se conserva en uno de los laterales de la plaza. Otro pedazo de historia escondido a plena vista.

La Plaza del Cabildo no es uno de esos lugares que aparecen en todas las guías, pero precisamente por eso nos enamoró. Es uno de esos rincones que hacen que una ciudad como Sevilla siga sorprendiéndote incluso cuando crees que ya lo has visto todo.


CATEDRAL DE SEVILLA

Durante mi viaje a Sevilla, ya que mi pareja es de esta bella ciudad, sabía que visitar la Catedral era casi obligatorio. Había visto fotos, leído sobre ella… pero verla es otra cosa. 

Con su inmensa fachada gótica y su interior, con la luz filtrándose por sus vidrieras, las columnas que se pierden hacia el techo. El inmenso retablo dorado. 

Uno de los momentos más emocionantes fue frente a la tumba de Cristóbal Colón. Me impresionó no solo por su significado histórico, sino también por el diseño: los cuatro heraldos que sostienen el féretro parecen caminar en silencio, como si lo siguieran protegiendo siglos después.

La catedral de Sevilla, estaría dentro de nuestro top 5 de las catedrales más bonitas de España. 


LA GIRALDA

Después de maravillarnos con el interior de la Catedral de Sevilla, decidimos subir a su torre más emblemática: la Giralda. La habíamos visto desde lejos durante todo el viaje, vigilando la ciudad con esa mezcla tan particular de minarete islámico y campanario cristiano. Teníamos claro que no podíamos irnos sin verla desde dentro.

Lo primero que nos sorprendió es que no hay escaleras tradicionales, sino una serie de rampas que se van elevando poco a poco. Esto se debe a que en su origen, cuando era el alminar de la antigua mezquita, se diseñó así para que el muecín pudiera subir a caballo. Así que sí, la subida es larga, pero más llevadera de lo que imaginábamos.

A medida que ascendíamos, íbamos asomándonos a pequeñas ventanas desde donde veíamos distintos ángulos de la ciudad. Ya solo por esas vistas parciales merecía la pena.

Pero cuando por fin llegamos arriba… nos quedamos sin aliento (¡y no solo por el esfuerzo!). Las vistas panorámicas de Sevilla son simplemente espectaculares. La ciudad se extiende a los pies de la Giralda, con sus tejados rojizos, el río Guadalquivir a lo lejos, y una Sevilla que parece de postal desde esa altura.

Estuvimos un buen rato allí arriba, disfrutando del viento, del sonido de las campanas, y de esa sensación de estar viendo la ciudad desde su corazón más antiguo. Nos costó bajar, la verdad.

Visitar la Catedral ya es impresionante por sí sola, pero subir a la Giralda es la guinda del pastel. Un recuerdo que nos llevamos grabado no solo en las fotos, sino en la memoria.


PLAZA AYUNTAMIENTO

Ya por la tarde acabamos de visitar el  centro de Sevilla, llegamos casi sin darnos cuenta a la Plaza del Ayuntamiento, también llamada Plaza de San Francisco. Lo que al principio parecía solo un amplio espacio peatonal más, pronto se convirtió en uno de nuestros rincones favoritos del centro histórico.

Nos detuvimos frente al imponente edificio del Ayuntamiento de Sevilla, una joya renacentista que nos sorprendió por su fachada tan detallada. Nos acercamos y empezamos a ver escenas esculpidas, escudos, figuras… ¡es como una obra de arte tallada en piedra! Lo curioso es que el edificio tiene dos caras muy distintas: la fachada que da a la plaza es más antigua y decorada, mientras que la parte posterior, que da hacia la Avenida de la Constitución, es más sobria, de época neoclásica. 

 

Nos sentamos en el lateral del ayuntamiento, a descansar un poco del ajetreado día. Y con unas vistas privilegiadas de la Avda Constitución, y sus tranvías. En una esquina el 

EDIFICIO FILELLA. 


LA CALLE SIERPES

Podríamos decir que es la calle más comercial de la ciudad.

Nada más entrar, notamos que es una calle que vibra con su propio ritmo. Peatonal, estrecha y con toldos que protegen del sol sevillano, es el lugar perfecto para pasear sin prisa. A cada paso, descubríamos tiendas tradicionales, pastelerías, librerías, zapaterías de toda la vida y comercios que parecían sacados de otra época.


LAS SETAS

El día se acaba en uno de los lugares que más curiosidad nos generaba antes de llegar a Sevilla era ese enorme “hongo” de madera del que todos hablaban: Las Setas. Oficialmente se llama Metropol Parasol, pero todo el mundo las conoce por su forma tan peculiar. Y después de visitarlas, entendimos por qué es uno de los sitios más sorprendentes (y debatidos) de la ciudad.

Nos acercamos desde la Plaza de la Encarnación y, al levantar la vista, nos quedamos sin palabras. El contraste entre esta estructura vanguardista y el entorno histórico de Sevilla es… impactante. Pero lejos de desentonar, nos pareció que tiene algo especial, como si la ciudad se atreviera a mirar al futuro sin olvidar su pasado.

Compramos las entradas para subir al mirador, y la experiencia fue una pasada. El ascensor te lleva directamente a lo alto del parasol, donde puedes caminar por pasarelas ondulantes que serpentean entre las gigantescas “setas”. Desde allí, tuvimos una de las mejores vistas panorámicas de Sevilla, de noche. 

Aquí acaba el día, y nuestras visitas más típicas por Sevilla, una ciudad 💯💯💯. Pero queremos conocer otros lugares y disfrutar de su flamenco. 

DIA 4

Último día por la ciudad, y nos vamos de fútbol,😆😆, nos suele gustar conocer los campos de las ciudades que visitamos. 

Las aficiones del Betis y Sevilla tienen mucha rivalidad, así que cuidadin. 

Primero pasamos por el CAMPO BENITO VILLAMARIN del Betis. 

Luego nos acercamos al estadio del Sevilla. RAMON SÁNCHEZ PIJUAN. 

Por la tarde nuestra última visita fue EL CEMENTERIO DE SAN FERNANDO. Dicen que las ciudades también se conocen en sus cementerios. Y decir que el de Sevilla es muy monumental, y con mucho poderío. En él están los restos de personajes como PAQUIRRI, MARÍA JIMÉNEZ, ANTONIO MACHIN, JUANITA REINA, entre otros. 

Y como broche final a estos días por Sevilla, disfrutamos de un espectáculo flamenco. En la ciudad puedes encontrar muchos tablados flamencos. LOS GALLOS, LA CASA DEL FLAMENCO, MUSEO DEL BAILE FLAMENCO, entre otros.

tampoco dejéis si tenéis oportunidad de disfrutar de su noche en algunas de sus terrazas. Sobre todo las de la calle Betis en Triana y las que cerca de la Giralda ofrecen vistas nocturnas a esta. 

Nos despedimos de Sevilla enamorados. 😍😍. Pero aquí seguro volvemos, la familia tira. Así que seguro os descubrimos otros rincones  muy pronto.