MENORCA 🇪🇸
“Menorca, donde el tiempo se toma su ritmo y cada cala guarda un secreto.”
Si llegas a Menorca, prepárate para bajar el ritmo y disfrutar despacio. Aquí cada cala es un secreto, cada pueblito tiene su encanto, y la naturaleza… bueno, es simplemente espectacular.
Olvídate del estrés: en Menorca se vive a otro ritmo. Paseas por senderos entre pinos, pruebas la sobrasada, el queso de Mahón y la caldereta de langosta, y te das cuenta de que aquí todo tiene sabor a Mediterráneo de verdad.
Nosotros solamente estuvimos unos pocos días, y los dedicamos al no ser verano a conocer sus ciudades más importantes. Pero sin duda volveremos para disfrutar de sus paisajes y calas, que es gran parte de su encanto.
CIUDADELA
Cuando llegamos a Ciutadella, lo primero que nos cautiva es su encanto histórico. Paseando por sus calles empedradas sentimos que cada rincón cuenta una historia: los palacios señoriales, las plazas llenas de vida y la catedral que se alza majestuosa sobre la ciudad nos hacen imaginar cómo era la ciudad hace siglos.
Nos encanta perdernos por el puerto, donde los barcos y veleros se mecen suavemente y el olor a mar nos recuerda que estamos en una isla auténtica. Las terrazas nos invitan a sentarnos, probar un café o una cerveza local y simplemente observar la vida pasar.
Además, Ciutadella tiene ese ritmo relajado que tanto nos gusta: podemos caminar sin prisa, descubrir tiendas de artesanía, admirar balcones adornados con flores y escuchar las campanas que marcan el paso del día. Cada paseo nos deja con ganas de quedarnos un poquito más, de seguir explorando sus plazas escondidas y de vivir la ciudad como lo hacen sus habitantes.
En definitiva, Ciutadella nos enamora por su mezcla perfecta de historia, mar y vida cotidiana, un lugar donde sentimos que cada paso nos acerca un poco más al corazón de Menorca.
CASTELL DE SANT NICOLAU
Desde el Castell de Sant Nicolau disfrutamos de unas vistas impresionantes del puerto de Ciutadella y del mar Mediterráneo que lo rodea. Pasear por sus murallas nos hace sentir la historia de la isla mientras contemplamos los barcos, las casas de la ciudad y el horizonte azul que parece no tener fin. Sin duda, es uno de esos lugares donde historia y paisaje se encuentran para ofrecernos un momento único.
PUERTO
En invierno, el puerto de Ciutadella nos recibe en calma. Las terrazas están más vacías, los turistas desaparecen y el ritmo lo marcan los pescadores que regresan con sus barcas cargadas. Paseamos despacio por el muelle y sentimos que la ciudad nos pertenece un poco más, como si nos susurrara sus secretos en voz baja.
El aire es fresco, el mar conserva ese azul profundo de los días fríos y las luces de las casas se reflejan en el agua como un cuadro tranquilo. Nos encanta este lado del puerto, sin prisas ni bullicio, donde descubrimos la Menorca más auténtica y serena.
AYUNTAMIENTO
Frente al Ayuntamiento de Ciutadella sentimos que estamos en el corazón histórico de la ciudad. El edificio, que en su día fue el palacio de los gobernadores árabes y después de los reyes de Mallorca, se alza imponente en la plaza, recordándonos el peso de la historia en cada piedra.
CATEDRAL
La Catedral de Ciutadella nos sorprende nada más aparecer frente a ella. En medio de la plaza, con su piedra clara y su torre imponente, parece vigilar la ciudad desde hace siglos. Entramos y nos impresiona lo grande y luminosa que es por dentro: sus arcos altos, sus capillas y ese silencio que invita a parar un momento y respirar.
CALLE DE LES VOLTES
“Voltes” en catalán/menorquín significa “arcos” o “arcadas”.
La calle está cubierta en gran parte por una serie de arcos blancos que se apoyan en columnas y que forman una especie de pasillo porticado.
Antiguamente esos soportales servían para proteger a los transeúntes del sol y de la lluvia, y también daban cobijo a los comercios que allí se instalaban. Con el tiempo, se convirtió en una de las calles más emblemáticas de Ciutadella, tanto por su arquitectura como por su ambiente.
En resumen, se llama ses Voltes porque sus arcadas son la característica que la hace única y reconocible.
CASAS SEÑORIALES
El casco antiguo lleno de rincones con encanto, calles estrechas y plazas donde siempre pasa algo. Paseando, nos encontramos con algunos lugares que no nos perderíamos por nada, como sus Palacios y casas señoriales como el Palau de Torresaura o el Palau Salort, que nos recuerdan el pasado noble de la ciudad.
Pero pasear por esta ciudad, es encontrarse con multitud de detalles que te harán levantar la vista, observar y fotografiar. Aquí unos ejemplos para acabar la visita por ella.
MAHON
Mahón nos sorprendió por su abertura al mar. Por su ambiente marinero. Y por la alegría de sus calles, a pesar de ser época baja. Es un destino animado, pero a la vez que transmite tranquilidad, es un lugar perfecto para relajarse sin duda.
La ciudad ofrece lugares que visitar y que no te debes perder, y multitud de miradores al puerto, donde atracan los barcos que llegan.
Vamos a recorrerla un poco ¿Te vienes?
AYUNTAMIENTO
El Ayuntamiento de Mahón nos recibe con su fachada solemne en plena plaza. Nos gusta cómo combina la historia con la vida cotidiana: un edificio con siglos de memoria rodeado de gente, conversaciones y movimiento.
Esta situado en la Plaza de la constitución.
IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE MAÓ
La Iglesia de Nuestra Señora de Maó nos sorprende por su sencillez elegante y el ambiente tranquilo que se respira en su interior. Entrar es dejar atrás el bullicio de la ciudad y encontrarnos con un espacio de recogimiento, iluminado suavemente y cargado de serenidad. Nos gusta ese contraste: fuera la vida sigue con su ritmo, dentro el silencio invita a detenernos y contemplar.
PORTAL DE SANT ROC
El Portal de Sant Roc es como una puerta al pasado. Al atravesarlo sentimos que viajamos siglos atrás, cuando Maó estaba amurallada y este era uno de sus accesos principales. Hoy, entre casas y calles modernas, el portal nos recuerda de dónde viene la ciudad y nos invita a imaginar cómo era la vida entonces.
CALLE DE SES MORERES
Pasear por la Calle de Ses Moreres es entrar en una de las arterias más animadas de Maó. Aquí encontramos tiendas, cafés y un ir y venir constante que nos transmite la vida diaria de la ciudad. Nos gusta recorrerla sin prisa, observando escaparates, escuchando conversaciones y dejándonos llevar por ese ambiente cercano y auténtico.
CASA MIR
Nos encaminamos ahora hacia el puerto y lo primero que vemos es La Casa Mir,concretamente en la Plaça d’Espanya, muy cerca del acceso al puerto y de la zona de ses Voltes.
Fue diseñada en 1918 por Francesc Femenías, quien por aquel entonces era el arquitecto municipal de la ciudad.
Su estilo es de inspiración modernista, y la fachada destaca por combinar tonos blanco y amarillo claro, grandes ventanales y algunos cristales tintados con colores como verde, naranja o azul.
El edificio cuenta con cuatro pisos y está orientado hacia el puerto de la ciudad, lo que lo convierte en un punto visualmente relevante en el entorno.
Su localización estratégica, en una de las plazas principales y junto al acceso al puerto, hace de la Casa Mir mucho más que una vivienda elegante: es un faro arquitectónico en el paisaje urbano de Maó, visible desde puntos clave y con una estética que refleja la apertura cultural y modernidad de principios del siglo XX.
PONT DES CASTELL
En la parte de atrás de la casa Mir hay un bonito mirador al que se llega atraves de este arco. No te lo pierdas las vistas son magníficas.
MERCADO DEL CLAUSTRE
Cuántas veces habíamos oído hablar de la sobrasada y el queso de maó. Asi que nos fuimos a comprar al mercado más emblemático de Maó.
Visitar el Mercado del Claustre en Maó fue un auténtico placer. Colores, aromas y productos locales nos envolvieron nada más entrar: frutas, verduras, quesos y embutidos nos tentaban a probarlos todos.
Pasear por sus pasillos nos permitió conocer la gastronomía de la isla y sentirnos parte de la vida cotidiana de la ciudad. Es un lugar perfecto para explorar, fotografiar y disfrutar de la esencia de Maó en cada detalle.
Este mercado se encuentra en el antiguo claustro del convento de la Virgen del Carmen, edificado entre 1750 y 1808 por la orden carmelita .
La estructura del claustro se caracteriza por sus arcos de medio punto, sostenidos por columnas dóricas que proporcionan un ambiente luminoso y aireado. La planta baja alberga los puestos de venta, mientras que el patio central se utiliza para actividades culturales y eventos. Este espacio ha sido adaptado para su uso actual, manteniendo su esencia arquitectónica y funcionalidad
PUERTO
El puerto de Mahón nos deja sin palabras desde el primer momento. Su tamaño impresiona: parece que el mar se adentra en la isla y crea un escenario natural único. Caminamos junto al agua y sentimos cómo la brisa marina nos envuelve, mientras las barcas, los veleros y algún que otro ferry van dando vida al paisaje.
Lo que más nos gusta es la mezcla de tranquilidad y movimiento: por un lado, la calma del mar, y por otro, el ir y venir de la gente, las terrazas llenas y la energía que desprende este rincón.
Para nosotros, estar en Mahón es inseparable de asomarse a su puerto, porque aquí es donde la ciudad se abre al mundo, atraves de sus múltiples miradores.
Fuimos dando un bonito paseo recorriéndolo hasta llegar a Cala Figuera.
Al girarte ves lo imponente que se ve la ciudad desde su puerto.
Maó nos conquistó por su combinación de patrimonio, vida cotidiana y tranquilidad. Cada paseo, cada comida y cada rincón nos recordó que esta ciudad no solo se visita, sino que se vive y se siente.
Si quieres llevarte un recuerdo no te quedes en el simple imán😜. Llévate queso, sobrasada e incluso unas de sus famosas "espardenyes".