ALICANTE 🇪🇸

Recorremos Alicante disfrutando de su costa, y su ambiente mediterráneo.” 

 

ALICANTE 

Visitar Alicante fue una de esas decisiones de viaje que repetiríamos una y otra vez. La ciudad nos recibió con su luz mediterránea, sus playas de arena fina y ese ambiente alegre que se respira en cada rincón. Subir al Castillo de Santa Bárbara y contemplar la bahía desde lo alto nos dejó sin palabras, y pasear por la Explanada de España, con sus mosaicos ondulantes y palmeras, se convirtió en uno de esos momentos que recordaremos siempre. Además, disfrutamos de una gastronomía deliciosa, con arroces que saben a mar y a tradición. Alicante nos conquistó porque combina historia, mar, montaña y vida mediterránea en un solo destino, perfecto tanto para escapadas tranquilas como para viajes llenos de actividad.


CASTILLO DE SANTA BARBARA 

En nuestra ruta por la Costa Blanca no podía faltar una parada en el Castillo de Santa Bárbara, uno de los símbolos de Alicante. Situado en lo alto del Monte Benacantil, domina la ciudad y ofrece unas vistas espectaculares del mar Mediterráneo y de toda la bahía.

Subimosen coche. Ya en lo alto, la sensación fue impresionante: la combinación de historia, piedra y horizonte azul nos dejó sin palabras.

Paseamos entre murallas, torres y patios que cuentan siglos de historia. Supimos que el castillo tiene origen islámico, aunque fue ampliado en épocas posteriores, especialmente tras la conquista cristiana. Cada rincón nos trasladaba a otra época, y desde las almenas entendimos por qué este lugar fue clave para la defensa de la ciudad.

Uno de los momentos más especiales fue asomarnos a los miradores: de un lado, la ciudad de Alicante con sus tejados y calles vibrantes; del otro, el Mediterráneo infinito que parecía fundirse con el cielo.

Antes de bajar, nos tomamos un descanso disfrutando de la brisa marina y del ambiente relajado que se respira en el recinto. El Castillo de Santa Bárbara no es solo una visita cultural, es también un lugar donde sentir la historia y al mismo tiempo disfrutar del Mediterráneo en estado puro.


BARRIO DE SANTA CRUZ

Después de recorrer el Castillo de Santa Bárbara, bajamos hacia uno de los rincones con más encanto de Alicante: el Barrio de Santa Cruz. Situado a los pies del monte Benacantil, este barrio histórico nos recibió con un laberinto de calles estrechas, escaleras empinadas y casas encaladas decoradas con macetas llenas de flores de colores.

Caminar por Santa Cruz fue como viajar en el tiempo. Cada esquina tenía un detalle especial: puertas de madera, balcones con rejas antiguas, pequeños azulejos y la presencia constante del Mediterráneo al fondo. Lo que más nos gustó fue la mezcla de tranquilidad y vida: vecinos charlando en las puertas, gatos tomando el sol y visitantes que, como nosotros, se dejaban perder entre sus callejuelas.

Llegamos hasta la ermita de Santa Cruz, un mirador perfecto desde donde contemplamos la ciudad extendiéndose hasta el mar. El contraste entre las casitas blancas del barrio y el azul del Mediterráneo es una imagen que se nos quedó grabada en la memoria.

Este barrio, además, mantiene vivas muchas tradiciones alicantinas. Durante las fiestas de Semana Santa, Santa Cruz se convierte en protagonista con procesiones que bajan por sus calles estrechas creando una atmósfera muy especial.

Para nosotros, el Barrio de Santa Cruz es el alma de Alicante: un rincón auténtico, lleno de historia, color y vida mediterránea, que invita a caminar despacio y dejarse sorprender en cada escalón.


EXPLANADA DE ESPAÑA

Tras perdernos entre las callejuelas del Barrio de Santa Cruz, bajamos hacia el corazón más mediterráneo de Alicante: la Explanada de España. Este paseo, con más de medio kilómetro de longitud junto al puerto, es uno de esos lugares donde el ritmo de la ciudad se mezcla con la calma del mar.

Lo primero que nos atrapó fue su suelo: un mosaico ondulante de más de seis millones de teselas en colores rojo, azul y blanco, que parece moverse bajo nuestros pies como si imitara el vaivén de las olas. Pasear por la Explanada es, en sí mismo, una experiencia hipnótica.

 

Aun lado, el puerto deportivo lleno de barcos y yates; al otro, hileras de palmeras altísimas que crean sombra y un ambiente fresco incluso en los días más soleados. Nos encontramos con músicos callejeros, puestos de artesanía y terrazas que invitan a sentarse a tomar algo mientras se observa la vida pasar.

Hicimos una parada para probar un helado artesanal —imposible resistirse— y simplemente nos dejamos llevar por el ambiente alegre y animado que caracteriza a este paseo. La Explanada es el lugar perfecto para sentir la esencia de Alicante: abierta, mediterránea y siempre vibrante.

Al llegar al final, con el mar de un lado y la ciudad del otro, tuvimos la sensación de que este paseo no solo es un símbolo de la ciudad, sino también un punto de encuentro donde locales y viajeros comparten el mismo ritmo pausado de la brisa marina.


AYUNTAMIENTO

Ubicado en la animada Plaza del Ayuntamiento, corazón de la ciudad. Su fachada elegante, de estilo neoclásico, nos dio la bienvenida con su imponente presencia y nos hizo sentir la importancia histórica y cultural de este edificio.


PLAYA DEL POSTIGUET

Después de recorrer el Barrio de Santa Cruz y pasear por la Explanada de España, nos dirigimos a la Playa del Postiguet, la playa urbana por excelencia de Alicante. Situada a los pies del Castillo de Santa Bárbara, ofrece unas vistas espectaculares del monte y de la ciudad, creando un entorno ideal para relajarse y disfrutar del Mediterráneo.

El ambiente de la playa es animado pero acogedor. Caminamos por la arena fina y dorada, escuchando el suave romper de las olas y viendo a familias, locales y turistas disfrutar del sol y del mar. La playa cuenta con todos los servicios necesarios, lo que la hace perfecta tanto para un baño rápido como para pasar varias horas tomando el sol.

Alicante es una ciudad mediterránea llena de vida, historia y un ambiente cercano que se nota en cada calle y plaza. Su carácter vibrante se refleja en la mezcla de cultura, gastronomía y ocio, así como en la calidez de su gente.

Uno de los momentos más especiales para visitarla son las Fiestas de San Juan, que se celebran la noche del 23 al 24 de junio. Durante estas fechas, la ciudad se llena de hogueras, música y fuegos artificiales, y los locales participan en rituales tradicionales como saltar sobre las llamas para atraer la buena suerte. Es una celebración que combina diversión, tradición y un espíritu comunitario que hace que vivir Alicante en estas fechas sea una experiencia única. 

Pero Alicante es mucho más. ¿Te vienes?