TARRAGONA
“En Tarragona disfrutamos de historia romana, playas mediterráneas y rincones que respiran siglos de cultura.”
A orillas del Mediterráneo, esta ciudad es una mezcla de pasado romano, espíritu medieval y vida mediterránea. Desde el primer paseo por sus calles sientes que estás en un lugar donde las huellas del tiempo conviven con la energía de una ciudad moderna y abierta al mar.
Decidimos comenzar nuestra ruta sin prisas, dejándonos guiar por la historia. El legado romano es el gran protagonista: anfiteatro, murallas, foros y restos que nos recuerdan que Tarraco fue una de las ciudades más importantes del Imperio en la península. Pero lo que más nos atrapó fue ver cómo todos esos vestigios se integran en la vida cotidiana: las plazas llenas de terrazas, los mercados, los callejones medievales y el azul intenso del mar al fondo.
Para nosotros, Tarragona es mucho más que un destino histórico: es también una ciudad mediterránea que se vive a pie, que se disfruta con calma y que sorprende a cada paso. Esta ruta nos llevará por sus rincones más emblemáticos, desde los restos romanos hasta las vistas junto al mar, pasando por plazas llenas de encanto donde se respira la esencia de la ciudad.
Decidimos dar una vuelta circular por la ciudad, recorriendo sus sitios más emblemáticos, entrado por el lado norte.
TORRE DE LAS MONJAS
La torre formaba parte de la muralla medieval que protegía Tarragona, y su nombre proviene de la proximidad al convento de las Clarisas, quienes la utilizaron en el pasado. Hoy se alza como un rincón silencioso, escondido entre las calles más tranquilas, y nos permitió imaginar cómo debían de ser aquellos tiempos en que las torres vigilaban la entrada a la ciudad.
CIRCO ROMANO
Visitamos el Circo Romano de Tarragona y nos quedamos sin palabras. Caminando entre sus restos, nos imaginamos las carreras de carros, los vítores del público y la emoción de aquellos días.
Nos sorprende pensar que este lugar podía acoger a 30.000 personas: la grandeza de la ingeniería romana aún se nota en cada piedra. Salimos con la sensación de haber viajado al pasado y de llevarnos un pedacito de historia con nosotros.
LOBA CAPITOLINA
Nos fascina la fuerza que transmite la escultura y cómo cada detalle nos conecta con la historia de Tarraco. Mientras la contemplamos, sentimos que no solo estamos viendo arte, sino también un pedazo de la identidad romana de la ciudad.
CIUDAD ROMANA
Paseamos por el centro histórico, y a cada paso que dábamos nos recordaba que estábamos en una ciudad romana. Restos de muralla y restos de ciudad, surgían a cada paso.
CATEDRAL
Cuando entramos a la Catedral de Tarragona, nos sentimos como si viajáramos en el tiempo. Nos encanta pasear por sus naves, descubrir cada capilla y admirar el claustro, lleno de historia y tranquilidad.
Nos quedamos maravillados con las vidrieras y la luz que entra creando colores preciosos sobre las paredes. Es imposible no imaginar a todas las personas que han pasado por aquí a lo largo de los siglos.
Su fachada inacabada, tiene un montón de detalles en los que fijarse.
PILONS STREET
Cuando paseamos por Pilons Street en Tarragona, nos encantó su colorido único. Cada pilón está pintado a mano y cuenta su propia historia: desde vacas abducidas hasta castellers.
Nos sentimos parte de esta tradición urbana que empezó como una protesta y hoy se ha convertido en fiesta y arte callejero. Sin duda, un rincón perfecto para fotos originales y para vivir la creatividad local de cerca.
PLAZA DEL PALLOL
La Plaça del Pallol de Tarragona es un espacio emblemático que fusiona historia romana, arquitectura medieval y modernista. Situada en la parte alta del casco antiguo, esta plaza ofrece una visión única del pasado de la ciudad.
MURALLA ROMÁNA
En Tarragona, la muralla romana es uno de los restos más importantes del conjunto arqueológico de Tarraco, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Aquí tienes un resumen detallado:
La muralla se construyó a finales del siglo III a.C. durante la expansión romana en Hispania.Su función era defensiva, protegiendo la ciudad y el foro provincial y delimitando la extensión urbana.Originalmente medía más de 4 km de longitud y contaba con torres y puertas de acceso, algunas de las cuales aún se conservan.
Construida con piedra y mortero, siguiendo técnicas romanas de la época.Alcanzaba hasta 6 metros de altura en algunos tramos y 2,5 metros de grosor.Algunas secciones incluyen torres semicirculares, típicas de la arquitectura militar romana.
Gran parte de la muralla se puede recorrer a pie por el casco antiguo de Tarragona, especialmente alrededor de la Plaça del Pallol y cerca del anfiteatro romano.
PLAZA DE LA FONT / AYUNTAMIENTO
El último lugar que visitamos fue esta plaza. Una plaza peatonal y espaciosa, con terrazas de bares y restaurantes que permiten disfrutar de la gastronomía local.
Está rodeada de edificios históricos, como el Ayuntamiento de Tarragona (siglo XVIII) y construcciones con balcones modernistas.Suele ser escenario de eventos culturales, conciertos y mercados temporales.
LA RAMBLA
Salimos ya del casco antigüo para conocer un poco más de la ciudad. Y caminando llegamos a la Rambla.
Un lugar emblemático de la ciudad, y por donde pasea la mayoría de sus ciudadanos y turistas y es centro de ferias y actos.
Esta cruza toda la ciudad de oeste a este, desembocando en el Balcón del mediterraneo .
MONUMENTO A LOS CASTELLERS
Nos encontramos con una escultura que captura la esencia de las torres humanas, con figuras que parecen estar en pleno equilibrio. Es un lugar muy fotogénico y, al mismo tiempo, nos conecta con una tradición local muy especial.
BALCON DEL MEDITERRANI
Al final de la Rambla Nova nos encontramos con uno de los lugares más emblemáticos de Tarragona: el Balcón del Mediterráneo. Desde allí, la vista se abre de golpe hacia el azul infinito del mar y entendimos de inmediato por qué este mirador es tan querido por los tarraconenses.
Apoyados en la barandilla de hierro forjado —a la que dicen que hay que tocar para tener buena suerte (pero de una forma especial😜), nos quedamos un buen rato contemplando el horizonte. A un lado, el anfiteatro romano se dibuja junto al mar; al otro, las playas de arena dorada parecen extenderse sin fin. El sonido de las olas llegaba hasta nosotros y nos regaló un momento de calma en mitad del recorrido por la ciudad.
Fue como un respiro, un recordatorio de que Tarragona no solo es historia, sino también Mediterráneo puro, con esa luz especial que lo tiñe todo de vida.
Dejar de mirar no es fácil, pero la visita continúa. 😜
TARRACO ARENA
Un antiguo coso taurino que hoy se ha transformado en un gran centro cultural y de ocio. Lo que más nos sorprendió fue ver cómo un lugar con tanta historia ha sabido reinventarse y convertirse en un punto de encuentro moderno para conciertos, espectáculos y eventos de todo tipo.
BARRIO DEL SERRALLO
En nuestro paseo por Tarragona quisimos acercarnos también al Serrallo, el barrio marinero de la ciudad. Nada más llegar sentimos ese ambiente auténtico de puerto, con las barcas de pesca alineadas, las redes tendidas al sol y el olor a mar que lo envuelve todo.
Caminar por sus calles nos trasladó a la Tarragona más marinera, esa que vive de cara al Mediterráneo. Lo que más nos gustó fue su ritmo tranquilo, muy distinto al bullicio del centro histórico, y la sensación de estar en un pueblo dentro de la ciudad.
Y, por supuesto, no podíamos marcharnos sin probar su gastronomía. Aquí el pescado y el marisco llegan directos del mar a la mesa, y en los restaurantes del puerto disfrutamos de una auténtica cocina marinera.
El Serrallo fue para nosotros un lugar donde descubrir otra cara de Tarragona: más íntima, cercana y ligada profundamente al mar y a su gente.
ANFITEATRO ROMANO
El Anfiteatro Romano, nos transportó directamente a la época del Imperio Romano. Construido a principios del siglo II d.C. junto al mar Mediterráneo, este anfiteatro de forma elíptica podía acoger a unos 14.000 espectadores. Pasear por sus alrededores nos permitió imaginar los combates de gladiadores y las luchas de fieras que tenían lugar allí, así como el martirio de San Fructuoso y sus diáconos en el año 259 d.C.
El anfiteatro se encuentra en el Parc de l’Amfiteatre, en pleno centro de Tarragona, muy cerca del Balcón del Mediterráneo, desde donde disfrutamos de unas vistas panorámicas espectaculares de la ciudad y el mar. Aunque el acceso a la arena está restringido por motivos de conservación, hay suficientes espacios desde donde podemos apreciar toda su magnitud y detalle.
ACUEDUCTO ROMANO
Visitar el Acueducto Romano de Tarragona nos hizo sentir como si estuviéramos caminando en plena época romana. También conocido como Pont del Diable, este monumento se eleva majestuosamente sobre el valle del Francolí y es una muestra impresionante de la ingeniería romana.
Nos sorprendió la estructura de grandes arcos de piedra que se conservan casi intactos después de tantos siglos. Caminar sobre del acueducto, rodeados de naturaleza, nos permitió imaginar cómo los romanos transportaban el agua desde el río hasta la ciudad de Tarraco, solucionando un desafío técnico que hoy todavía nos impresiona.
Para nosotros, el Acueducto de Tarragona es un lugar que combina historia, arquitectura y paisaje, perfecto para entender la grandeza de la civilización romana mientras disfrutamos de un paseo tranquilo en contacto con la naturaleza. 🏛️🌿
Tarragona nos sorprendió por su mezcla perfecta de historia y paisaje: paseamos entre restos romanos impresionantes, como el anfiteatro, recorrimos calles con encanto y disfrutamos de vistas al Mediterráneo que nos dejaron sin aliento. Cada rincón nos contó historias de un pasado imperial que aún se siente presente en la ciudad.
Pero Tarragona es solo el principio. La provincia está llena de pueblos con encanto, playas escondidas y paisajes naturales que invitan a explorar más allá de la ciudad. Nosotros ya estamos planeando nuestra próxima ruta, y os animamos a que hagáis lo mismo: perderse por sus calles, probar su gastronomía y dejarse llevar por su historia y su luz mediterránea. Tarragona y su provincia tienen mucho que ofrecer, y la aventura apenas empieza. 😜